Dentro de un año estaremos metidos de lleno en la contienda electoral por la gubernatura del Estado de México. Se habrán acabado, para entonces, las dudas en los partidos políticos que vayan a contender y los golpes mediáticos y las zancadillas estarán en su apogeo.
A menos de 10 meses de que los partidos registren a sus candidatos, hay quienes ya están en plena campaña y quienes, a la vieja usanza, están agazapados amparados en aquella consigna de Fidel Velázquez de que "quien se mueve no sale en la foto".
Pero las cosas han cambiado y ahora cada vez existe mayor apertura. Con mucha frescura y sinceridad Carolina Monroy del Mazo le espetó a sus demás compañeros de partido: "miente quien aspira y guarda su aspiración".
La provocación no surtió efecto y lo más que sucedió fue que alguien le llamó "ambiciosa" y los demás siguieron amparados en la institucionalidad.
Lo bueno, lo ideal, es que quienes aspiran a obtener la candidatura de cualquier partido lo hagan público, pero al mismo tiempo que renuncien o que soliciten licencia a los cargos que ocupan y que se dediquen de lleno a conquistar a sus correligionarios.
Debe llegar el momento que eso suceda y será seguramente muy interesante observar a los seguidores de tal o cual aspirante que también solicitan licencia a sus cargos para apoyar a sus favoritos. En este momento todo mundo trabaja en la sombra, en la tenebra y nadie se decide a hacer públicas sus preferencias. "qué tal si me quemo, mejor me espero", piensan todos los que quieren subirse al carro de la "revolución" o mantenerse dentro.
Pero mientras llegan los tiempos de hacer explícitos los deseos y las aspiraciones, que son legítimas y naturales, los gobiernos emanados de los diferentes partidos no han logrado captar en toda su magnitud la necesidad de trabajar para el futuro.
Hay decisiones y acciones que lo mismo desde el ámbito federal, pasando por el estatal y aterrizando en el municipal, afectan a la ciudadanía, enojan a la población y eso, lamentablemente, se reflejará en las urnas.
Porque ahora las cosas han cambiado de tal manera que la gente agarra todo lo que les dan y en apariencia comprometen su voto, pero a la hora de la hora su decisión es totalmente diferente. Las elecciones del año pasado nos mostraron votaciones divididas en un mismo municipio.
Hace falta voluntad y sensibilidad política en los gobernantes. Quizás piensen que solo con el nombre y los colores ganarán o con los recursos, que a veces son ilimitados. Eso ya no funcionará tanto y al tiempo lo veremos.
También asistiremos al castigo o a la premiación de los gobernantes, de sus acciones. No lo olvidemos, la ciudadanía cada día cobra más conciencia.