A casi treinta años del discurso del Presidente Reagan en la famosa puerta de Brandemburgo de Berlín, donde dice, “Mr Gorbachev tear down this Wall, Señor Gorbachev tire este muro”, situación que sucedió y el mundo celebró dos años más tarde, el 9 de noviembre de 1989. Y resulta que todavía hay muchos muros en el mundo, esto por diversas razones, políticas, migración, violencia, religión, salud, etc.
Tenemos muros físicos que dividen muchas zonas territoriales en el mundo, en las Coreas, en España y Marruecos, en Kuwait e Irak, en Rio de Janeiro aislando las favelas del resto de la ciudad, también y aunque ya no se necesita, está el muro en Irlanda del norte, separando Católicos y Protestantes, así como el de Israel y Cisjordania, y qué decir del que existe ya entre México y Estados Unidos y la tan mentada promesa de campaña del actual Presidente de Trump de sellar su frontera con nuestro país.
Pero existen otros muros mucho más altos y peligrosos, como el que tenemos aquí en Coahuila, es el muro que divide al gobierno de la sociedad.
Sí, en este muro impera la soberbia, no se escucha a la sociedad libre y pensante, muchos de sus dirigentes solo lo ven como un botín y a sus seguidores y aplaudidores los tienen que comprar a base de dadivas de todos tamaños y formas, aprovechándose de la pobreza e ignorancia de gente a la que no dejan desarrollarse, pues de lo contrario se les rebelaría, quedándose sin seguidores.
Este muro está construido de manera muy importante de corrupción e impunidad, con los recursos que les deja la opacidad en las finanzas públicas, en la escandalosa deuda que minimizan y esconden, así como de las empresas piratas, que se sabe, son más de las que públicamente conocemos.
Este muro está más vigilado que el que existe entre México y los Estados Unidos o el de Israel y Cisjordania, por cuerpos de seguridad armados hasta los dientes y por la tecnología más avanzada para escuchar, espiar, falsear, difamar, para que el pueblo que no les aplaude, tampoco se les acerque e incomode, pues su lema es “o estás conmigo o estás contra mí”, no pueden ver más allá, son los dueños de la verdad absoluta. Qué pena que en pleno siglo XXI, todavía existan estos muros.
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