Escribo esta columna desde la ciudad de Guangzhou, cuarta ciudad más grande de China con casi 12.5 millones de habitantes. China, país que estos últimos meses ha causado muchos dolores de cabeza al peso mexicano, así como a los mercados financieros internacionales, esto por la pérdida del dinamismo de su crecimiento, que junto a Estados Unidos y Europa, son los motores de la economía mundial.
El crecimiento de su PIB, cayó desde niveles del 15 por ciento anual, a nivel de aprox. entre 6 y 7, que ya los quisiéramos en nuestro país.
Por otro lado y regresando a nuestros rumbos, Coahuila y particularmente en Torreón, todos los días escuchamos declaraciones triunfalistas por parte de nuestros gobernantes, tanto estatales como municipales, que ya la situación de seguridad está de maravilla, que ya le dimos la vuelta al asunto de la deuda, aunque esta siga creciendo y se paguen cerca de 10,000 millones de pesos al año, solo de intereses, que ya se cumplió la meta de la generación de empleos, que se abate el número de pobres, aunque el CENEVAL, diga lo contrario, en fin que estamos en la antesala del paraíso.
Tan jubilosos están, que nuestro alcalde dejó los jeans, se puso traje con corbata y se lanzó cual Quijote, en pos de la gubernatura, celebrando, reuniones, bailes, tardeadas y lo que se pueda, en las regiones del Estado, con recursos que todavía no sabemos de donde provienen y obvio, con la venia, del jerarca mayor.Lo interesante de todo lo anterior, es que la realidad que yo vi en China, es completamente al revés, me sorprendió el dinamismo de la economía “estancada” de China.
Tuve la oportunidad de participar en una de las mayores ferias del mundo, en un Centro de Convenciones espectacular con 1.18 millones de m2 con casi 25,000 exhibidores, la infraestructura impresionante, aeropuertos, puertos, carreteras, transporte de súper primera; la gente abierta y progresando y sobretodo, un gobierno apoyando la productividad de sus empresas y ayudando a desarrollar o mejorar sus productos y marcas.
Aquí solo escuchas que ellos son lo máximo y que Torreón, aumenta su competitividad con el paso a desnivel del Periférico y la Bravo, que por cierto, ni calle tiene.
Sin duda, cuestión de enfoques.
feroyo@hotmail.com
