Como cada año, miles de jóvenes que ya concluyeron el nivel medio superior ven truncados sus sueños al no ser aceptados para ingresar a la universidad de su preferencia.
En este año, de 143 427 jóvenes que iniciaron un proceso de admisión para ingresar al nivel superior en la UNAM vía un examen de admisión, únicamente 14 mil 151 fueron aceptados; es decir que solo 1 de cada 10 logra cumplir su sueño de estudiar una licenciatura en la Máxima Casa de Estudios de México. ¿Qué hay de los 130 mil –en números redondos–que no lograron ser aceptados?
Los jóvenes rechazados por las universidades son presas fáciles de “cursos de admisión”, de escuelas “patito. Una gran cantidad de cursos hacen su agosto prometiendo preparar al alumno para obtener una puntuación suficiente para acceder a la UNAM, UAM o al IPN.
Las escuelas “patito”, por su parte, ofrecen colegiaturas “accesibles” pero su calidad educativa dista de ser la idónea y sus estudiantes difícilmente encontrarán un empleo después de estudiar. Aunado a esto es importante señalar que un joven que no estudia ni trabaja puede caer en manos de grupos delincuenciales más fácilmente.
Los políticos son un caso aparte. Recientemente, la presidenta electa Claudia Sheinbaum se pronunció contra los exámenes de admisión y prometió eliminar el examen de selección de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems).
Si bien es cierto que este examen es para el nivel medio superior, también es verdad que muchos adolescentes buscan entrar a las preparatorias de la UNAM para así garantizar su pase reglamentario al nivel superior directamente, es decir que no presentan examen de admisión por estudiar en preparatorias de la UNAM
En este mismo sentido, el presidente López Obrador ha dicho desde el inicio de su sexenio que los exámenes de admisión fueron usados durante el “periodo neoliberal” para impedir a los jóvenes su derecho a la educación.
En el sexenio en curso, el presupuesto asignado para el sector educativo ha oscilado entre los 989 881 millones de pesos en 2019 y 1 billón 019 449 millones de pesos en 2024. Tan solo en 2015, en la administración de Peña Nieto, se llegó a tener de presupuesto 1 billón 057 707 millones de pesos. Es notorio que el actual gobierno no se replanteó un aumento significativo en el presupuesto para resarcir los daños causados por el COVID en el sector educativo.
Naturalmente, las universidades públicas más renombradas de México no pueden admitir a todos los aspirantes. El espacio de sus planteles no es suficiente y requeriría de un presupuesto mucho mayor para poder dar cabida a todos los que deseen entrar. El problema no solo pasa por el cupo de las universidades, también es un problema de calidad educativa.
Si la mayor parte de los jóvenes buscan la UNAM o el IPN es porque estas instituciones garantizan un estándar de excelencia. Dentro del ranking QS World University Rankings, las universidades públicas mexicanas mejor valoradas son el IPN y la UNAM. En este rubro, las universidades creadas por López Obrador (las Universidades del Bienestar Benito Juárez) carecen de cualquier prestigio académico.
Desde que se fundaron la UNAM en 1910, el IPN en 1936 y la UAM en 1974, el Estado Mexicano no ha creado una universidad pública que cumpla con altos estándares educativos. En este sentido el reto de las futuras administraciones es el de ampliar la oferta educativa universitaria y ofrecer una educación de verdadera calidad para que los jóvenes no se vean orillados a estudiar únicamente en la UNAM, la UAM o el IPN.
Finalmente amigo lector es importante que el gobierno mexicano proponga una Política Educativa de Estado que garantice una educación superior de calidad que garantice una diversidad de posibilidades para los jóvenes, que se dote de presupuesto, y se respete los derechos a los trabajadores y profesores docentes que se garantice su estabilidad laboral y de salario. No es fácil lograrlo a estas alturas, pero si se puede trabajar con profesionales de la educación para empezar a minorizar los problemas.
Fronteras.
Recientemente Octavio Oropeza, director de PEMEX afirmó que logró reducir la deuda de la paraestatal de 2024 por debajo de los 100 Mil Millones de Dólares que calificó como “una hazaña”. Sin embargo en su informe no tocó la deuda que se tiene con los proveedores que extraen petróleo y son rentables, que oscila en los 21 mil millones de dólares, sería bueno que se le informará correctamente a la población y por supuesto a Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa de México.