Cultura

Kamasi Washington: de la epopeya al movimiento reparador

Con su saxofón parece predicar, arengar y conmover a los escuchadores, absortos ante el implacable fraseo de tesituras que viajan del frenesí a la hipnosis, pasando por intensidades siempre acordes al tono de la propuesta en cuestión. Igual compone y arregla, dirige y colabora, interpreta e improvisa: uno de los gigantes contemporáneos del jazz que se abraza de la tradición para impulsarse hacia la innovación. Kamasi Washington nació en Los Ángeles en 1981 y egresó de la Academia de Música de la escuela Alexander Hamilton en la que aprendió a tocar el sax a los 13 años; de ahí pasó a estudiar Etnomusicología en la UCLA, ampliando su horizonte cultural y entrando en contacto con maestros de la talla de Kenny Burrell y Gerald Wilson. Apareció en los créditos de Gold (2001), segundo disco de Ryan Adams.

Formó parte de un cuarteto bajo la tutoría de Billy Higgins, en el que compartió créditos con Cameron Gravies y los hermanos Ronald jr. y Stephen ‘Thundercat’ Brunner, que grabó Young Jazz Giants (2004); participó en el disco In My Time (2005) de The Gerald Wilson Orchestra y se integró al trío Throttle Elevator Music, con quien ha desplegado un jazz energético salpicado por elementos de fusión escuchado a lo largo de siete discos firmados por el ensamble, del 2012 al 2021. Conformó el colectivo West Coast Get Down y The Kamasi Washington Band y en el 2014 colaboró en los discos de Broken Bells, Harvey Mason y Flying Lotus; al año siguiente, tocó en el clásico To Pimp a Butterfly (2015) de Kendrick Lamar, enclavado en los territorios del Hip-Hop, ya conocidos por el gigantón sax por sus colaboraciones con figuras del tamaño de Nas, Run the Jewels y Snoop Dog.

Debutó con el monumental The Epic (2015), álbum triple de cerca de tres horas de duración en las que asume el cambio de guardia para retomar las vertientes del jazz espiritual y vanguardista, sin dejar de correr al reconocido hogar, entre profusos metales cediendo espacio para teclados colgantes y contundentes, coros elusivos que se entrelazan con vocalizaciones puntuales, cuerdas imbricadas por momentos de alcance orquestal y rítmicas cambiantes y disruptivas que abren paso a los 7 magníficos para brindar mensajes y oraciones, dando tiempo a brillantes versiones del clásico Clair de Lune de Claude Debussy; de la juguetona Cherokee de Ray Noble, y de Malcolm´s Theme de Blanchard/Davis: uno de los álbumes esenciales del jazz del siglo XXI, parte del siguiente paso.

Su aliento quedó capturado en Them Changes, canción de Thundercat que se incluyó en un EP y en el largo Drunk (2017). Vendría después el EP Harmony of Difference (2017), una suite de seis movimientos que juega con el contrapunto y la contrastación armónica, sustentado por sofisticados arreglos que mantienen conexión emocional; le siguió el doble Heaven and Earth (2018), segundo largo fortalecido por The Choice (2018), otro EP: miradas internas y externas sobre un mundo que se vislumbra a partir de las interconexiones de la subjetividad y sus abstracciones en combinación con elementos tangibles, como los puños de furia listos para ponerse la máscara de peleador callejero. No faltan los elementos espaciales ni de afrobeat, en consonancia con toques soul, funk futurista y hard bop, por aquello de la tradición.

Continuó con el soundtrack de Becoming (Hallgren, 2020), sobre Michelle Obama y conformó Dinner Party, supergrupo junto con Terrace Martin, Robert Glasper y 9th Wonder que presentó el homónimo Dinner Party (2020) con influjos souleros y de R&B, además de Dinner Party: Dessert (2020) con invitados especiales para acompañar el postre y los digestivos. Tras algunas canciones y participaciones en esfuerzos colectivos, presentó Fearless Movement (2024), ya convertido en padre y cuya condición influyó en la conformación del álbum con énfasis en rítmicas coloridas, plagado de invitados y cerrando con una versión de Prologue, original de Astor Piazzolla.

La versatilidad de Washington lo ha llevado a tocar con leyendas jazzeras como McCoy Tyner, Wayne Shorter, Herbie Hancock, Horace Tapscott y su Pan Afrikan Peoples Arkestra, George Duke y Stanley Clark, entre otros, además de colaborar con artistas como Chaka Khan, St. Vincent y Lauryn Hill, así como con Raphael Saadiq. En compañía de las atmósferas producidas por Floating Points y Bonobo, presentó Lazarus (2025), música para la serie de ciencia ficción animada, dirigida por Shinichirō Watanabe para el canal Adult Swim y que aborda la existencia de un medicamento milagroso que a la postre resulta ser mortal, creado por un misterioso científico: las piezas sincopadas acompañan los momentos por los que atraviesa un grupo de agentes para tratar de remediar la situación.

Kamasi Washington se presenta en nuestro país.


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Fernando Cuevas
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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