Política

Paso en falso

B.
B.

Los números son incontestables. Movimiento Ciudadano (MC) obtuvo 3 millones 449 mil 982 votos en 2021. El 7% de la votación federal. De estos, uno de cada tres votos provino de Jalisco. Es decir, sin Jalisco, el partido naranja hubiera sudado frío para obtener el registro. Voy más lejos. Sin los más de 400 mil votos que también aportó Nuevo León -como consecuencia de la victoria de Samuel García-, MC habría estado a nada de quedarse fuera de la contienda (3.9%). Para darnos una mejor idea. Toda la Ciudad de México le aportó 146 mil votos a MC. Una séptima parte que Jalisco y una tercera parte de Nuevo León -con una lista nominal mayor. El naranja sigue siendo un partido regional -no nacional-, que depende de los liderazgos estatales (Enrique Alfaro, Samuel García, Luis Donaldo Colosio, Eliseo Fernández).

¿Y de dónde vienen esos votantes? ¿Quién vota por Movimiento Ciudadano en Jalisco que aporta la tercera parte de los votos nacionales?

Es un voto crítico de Morena y del presidente Andrés Manuel López Obrador. Vuelvo a los datos de los últimos comicios federales. A través de la campaña “defendamos Jalisco”, Movimiento Ciudadano logró retener a las clases medias urbanas que han sido claves -en el presente y en el pasado- para mayorías parlamentarias y victorias en gobiernos estatales y municipales (No sólo de MC, también del PAN y del PRI). El mensaje era defender Jalisco de Morena, no del PRI.

Los datos son aún más demoledores en el corazón de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Los municipios de Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco aportaron 466 mil votos al partido que encabeza Dante Delgado a nivel nacional. Los niveles de votación son especialmente altos en distritos en donde los candidatos endurecieron su discurso contra Morena (Horacio Fernández, Manuel Herrera, Sergio Barrera o Mauro Garza). Todos empresarios. Es decir, uno de cada ocho electores de MC -en todo el país- depositaron su boleta en estos tres municipios.

Está claro que el elector emecista en Jalisco nació con el ascenso de Enrique Alfaro (2012-2018), que capitalizó el derrumbe del PAN en 2012 y el deterioro del PRI durante el sexenio anterior. No obstante, también se ha venido nutriendo de un votante panista y priista de clase media que está inconforme con el rumbo del país. El votante de izquierda alfarista, que tuvo fuera entre 2010 y 2015, se movió a Morena desde 2018. El votante de Movimiento Ciudadano de hoy no es el mismo que hace seis o diez años.

Con estos datos sobre la mesa, es inentendible que Movimiento Ciudadano lance una campaña contra el PRI y se alinee con el discurso de Morena a días de los comicios del Estado de México. Inentendible porque el votante emecista, que mayoritariamente vive en Jalisco, no se traga que -en este momento histórico- el PRI sea el principal adversario y amenaza. Nadie en Jalisco está votando en esa clave. El PRI está destruido en Jalisco. Muchos de los principales liderazgos tricolores han encontrado cobijo en el partido naranja. El último de ellos, Arturo Zamora. Y tampoco tiene sentido porque Jalisco es una de las pocas plazas en donde el voto priista no ha ido a parar, casi por completo, a Morena. MC ha logrado atraer voto priista en el oriente de Guadalajara, en el Norte de Zapopan y en Tlaquepaque. También al interior del estado en regiones como Valles, la Costa o en la Ciénega. Si una parte del electorado percibe a Movimiento Ciudadano muy cercano a Morena, es bastante probable que prefieran apostar por la alianza Va por México. El voto útil, le llaman.

Y aparte del error estratégico, hay un error más de fondo en términos políticos. Se equivoca quien piensa que la principal amenaza para el país es el PRI. El PRI está administrando su caída. No le queda futuro al otrora partidazo. Morena terminará de engullirse lo que le queda de gobiernos y la identidad priista se disuelve en la alianza. La auténtica amenaza contra la democracia y las instituciones se llama Morena. Su guerra contra la Corte, contra el INE, contra la transparencia, contra el estado de derecho, contra la ciencia, contra la sociedad civil. Ya no vivimos en el México del 2000 en donde había que expulsar al PRI como fuere. Ahora, el clivaje de las próximas elecciones será: aquellos dispuestos a proteger a las instituciones frente a aquellos que las quieren destruir. En esta dicotomía no caben falsas equidistancias.

Y por último: la inconsistencia. Una especie de giro marca Chimoltrufia: como digo una cosa digo otra. El argumento para no competir en las elecciones de este año fue que el PRI y Morena eran lo mismo y, por lo tanto, MC no se prestaría a la simulación. Uno puede comprar o no este argumentario, pero es una explicación. El problema es que 15 minutos después, MC abre fuego sólo contra el PRI y en un contexto que favorece al partido de Mario Delgado. ¿En qué quedamos? ¿No eran lo mismo? En un escenario de polarización, no hay nada más dañino que la inconsistencia y la indefinición. No hay duda de que asistimos a un paso en falso en toda regla.


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Enrique Toussaint
  • Enrique Toussaint
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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