
Dante Delgado festeja que Movimiento Ciudadano pasó en tres años del 7% (2021) al 10% (2024) del voto federal. Dice que es un éxito. Que superan al PRI. Llama la atención que no vea la otra realidad que se asoma frente a sus narices. El fracaso de Movimiento Ciudadano a nivel nacional sólo queda matizado por Jalisco. Y,aun así, Dante Delgado quedó muy lejos de sus promesas. Ni por asomo superó a Xóchitl Gálvez, a pesar de haberlo dicho una y otra vez durante los meses de la campaña. La candidatura de Gálvez tuvo pésimos resultados y a pesar de ello triplicó a Máynez.
Los resultados son rotundos. Movimiento Ciudadano no ganó ni un distrito electoral federal. En 2021, Jalisco salvó los muebles al ganar siete distritos de mayoría. En esta ocasión, el elector no vio qué utilidad tenían los naranjas en la Cámara de Diputados. El votante emecista, claramente anti-Morena en estados como Jalisco, castigó el coqueteo de Dante Delgado y Jorge Álvarez Máynez con el régimen. El mote de esquiroles penetró profundamente en la clase media jaliscienseque apoyó a Movimiento Ciudadano para retener la gubernaturay las principales alcaldías de la metrópoli, pero que castigó al partido en las diputaciones. El castigo fue tan relevante que el PRIAN rebasó a MC en la contienda por el Senado. A pesar de la sólida dupla que encabezaban Alberto Esquer y Mirza Flores.
No obstante, para castigos electorales: Nuevo León. La decisión política de Dante fue desplazar a Jalisco como protagonista de la ruta partidista y entronizar a Nuevo León como la “nueva apuesta”. Los resultados son terribles. Samuel García tendrá un Congreso en contra dominado por el PRI y por el PAN. Aquellos que eran parte del pasado y de “lo viejo”, conquistaron Monterrey y frustraron el plan de García de imponer a su esposa, Mariana Rodríguez, como alcaldesa. Y no sólo eso, los regios apostaron por el Frente en distritos locales y algunos federales. Bueno, ni siquiera Luis Donaldo Colosio ganó su asiento en el Senado. Tendrá que entrar por la vía plurinominal. La carrera política de Samuel García queda profundamente golpeada.
Otra mentira que se convirtió en fracaso fue la invención de que Jorge Álvarez Máynez había desplazado a Xóchitl Gálvez en los estados que gobierna Movimiento Ciudadano. Una mentira que se repitió mil veces, pero que por ello no se convirtió en verdad. En Jalisco, Gálvez le sacó 19 puntos a Máynez; en Nuevo León, 17. No creo que Máynez haya sido un mal candidato cuando rompió las cadenas de la frivolidad, las cervezas, el palco y el compadrazgo con Samuel García. Máynez recuperó su auténtica personalidad cuando se alejó de aquellos que lo querían mimetizar y hacerlo un “Samuelito”. Sin embargo, el daño ya estaba hecho.
Frente a esta realidad, me parece que Movimiento Ciudadano debe ser todo menos autocomplaciente. Los tres puntos de crecimiento no justifican el haber sido borrados de los distritos federales y perder los dos congresos estatales. Y aquí se abren distintos debates sobre el futuro del proyecto naranja.
¿Qué quiere ser MC? ¿Un nuevo verde? ¿Contento por ser bisagra o por recibir más dinero público, pero sin posibilidad de tocar poder? Las reacciones de Dante Delgado parecen abrazar ese camino. Una franquicia que se mantenga viva en el sistema de partidos, pero desdibujada de los gobiernos.
Y es que, si echamos la vista atrás, los fracasos son evidentes. El último éxito de Movimiento Ciudadano fue en 2021 cuando retuvo la mayoría en Jalisco y ganó Nuevo León. En aquellos años, el coordinador nacional no era Delgado, sino Clemente Castañeda. Desde que retomó las riendas en 2022, Delgado no ha ganado nada. Fracaso en elecciones estatales, no se presentó ni en Coahuila ni en el Estado de México, y ahora pierde todos los distritos federales. Resulta poco creíble que Delgado vea un éxito electoral cuando no ganó nada.
¿Y Jalisco? El emecismo jalisciense fue ignorado desde el primer día y hoy es el único que tiene triunfos que presumir. El gobernador Enrique Alfaro fue ignorado a pesar de advertir que la deriva FosfoFosfo le estaba haciendo daño al proyecto. En Jalisco, la gente apostó por continuidad en la gubernatura con Pablo Lemus y en buena parte de la ciudad, como la capital -Guadalajara- en donde gobernará Verónica Delgadillo. El voto diferenciado fue demoledor: respaldar a Movimiento Ciudadano en Jalisco, pero darles la espalda a los naranjas en el plano nacional. Las clases medias que son el motor electoral de Movimiento Ciudadano dividieron su voto.
Movimiento Ciudadano necesita autocrítica y una sacudida. El partido a nivel nacional hizo una campaña centrada en atacar al PRI, cuando el verdadero adversario es Morena y su consolidación como fuerza hegemónica. Esos desvaríos provocaron que el PAN y el PRI con candidatos poco atractivos ante la opinión pública rozaran el 20% en algunos municipios metropolitanos y conquistaran auténticos bastiones del emecismo como el distrito 8 y 10 de Jalisco. Hasta Monterrey se llevaron. Por los resultados en Jalisco, MC tiene algo que festejar, pero el resto son derrotas, aunque Dante Delgado siga alimentando una narrativa que no se sostiene en la realidad.