Política

Agua y miel

“No quiero estar a merced de mis emociones. Quiero usarlas, disfrutarlas y dominarlas”

Oscar Wilde, El Retrato de Dorian Grey

Aunque las emociones nos inspiran y nos mueven, nos sacuden, nos hacen accionar, son las ideas las que definen nuestro rumbo, nuestro carácter, nuestras metas y nuestros logros.

Una idea nos presenta una oportunidad de cambio, un camino a seguir, un objetivo a alcanzar, por otra parte, una emoción nos mueve, nos puede hacer enojar o estar momentáneamente felices, tristes o atemorizados.

SI hiciéramos un símil tomando una jarra de agua y una de miel, vertiendo ambas en 2 platos distintos, la emoción es el agua y la miel la idea, el agua mojará el plato de inmediato, mientras que la miel tardará en caer, en dispersarse, el agua mojó rápido y la miel lentamente.

Transmitir una idea novedosa, en ocasiones puede ser difícil, sobre todo si esa idea incide en un cambio, en algo innovador, convencer a otros de seguir a quien tiene esa idea, costará tiempo y a mayor la trascendencia de esta, mayor resistencia tendrá para ser aceptada.

Una emoción por otro lado, positiva o negativa, puede ser el resultado de una verdad o de una mentira, de escavar en las entrañas de los recuerdos, del dolor, del resentimiento o de un sentimiento heredado, incluso de lo más primitivo del ser humano.

Muchas veces los políticos mueven con promesas vacías, utilizan emociones guardadas, frustración por incumplimientos de otros gobiernos, falta de oportunidades, carencias, dolor y otras emociones y lo más fácil es exacerbar los ánimos buscando un culpable o un enemigo en común.

Ahora bien, al igual que el agua escurrió rápido y la miel lentamente, volteemos el plato donde cayeron una y otra, de inmediato el agua resbalará y al poco rato el plato estará seco, mientras que la miel que ya se habrá esparcido en el plato, si se secó, tardará mucho en escurrir fuera de él y quizá hasta necesite una buena fregada para desprenderla.

México, un pueblo joven, con sueños e ilusiones, que desea y que busca un mejor mañana, sin embargo, susceptible a caer en la trampa de las emociones como fin y no como medio para alcanzar metas.

Lo triste es que después de mucho corretear emociones como fin, lo único que encontraremos será vacío, dolor y odio, un plato vacío y un desgaste innecesario.

Urge cambiar el discurso y nuestro pensamiento, de la emoción a la acción constructiva, tenemos que convertirnos en un país de ideas, de innovación, de construcción y transformación.

En México faltan muchas cosas, hay todo por hacer y el deseo de hacerlo, pero distraer y confundir nublando la oportunidad de crear por destruir y odiar no nos llevará mas que a la frustración.

Las ideas generan valor, riqueza, transformación y bienestar, por ello urge defenderlas y al igual que en un momento Zapata enarboló la frase “La tierra es de quien la trabaja” y ese dicho rigió el actuar y sentir de los mexicanos revolucionarios, ahora urge plantear “Las ideas son de quien las piensa, las registra y las trabaja”.

En México tenemos el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial) y aunque su actuar ha sido bastante bueno aún con los pocos recursos con que cuenta, urge fortalecer, legislar y encontrar todos los mecanismos posibles para defender las ideas, los inventos, la innovación.

Si concentramos nuestros esfuerzos y energía en direccionar a nuestros jóvenes hacia las ideas y no en las emociones, entonces, poco a poco, se irá cambiando la necesidad de instituciones que castiguen agresiones, violencia, venganzas, etc. por instituciones que defiendan, financien y promuevan nuestras ideas.

Como padres de familia, como maestros, como ciudadanos hay que premiar las ideas y aprender y enseñar a dominar las emociones, a sentir, pero no permitir que sean la emoción regente.

Hay que tener ideas, desarrollarlas, madurarlas, compartirlas y defenderlas tanto o más que la tierra misma, porque son un reflejo de la inteligencia, de la civilización y es lo que nos diferencia de otras especies y nos hace evolucionar y trascender.

Ahora que habrá un cambio intermedio en la cámara de diputados ojalá que quienes llegan reflexionen y se den cuenta que seguir derramando agua en un plato da resultados inmediatos, pero se olvida a la misma velocidad, pero invertir el tiempo que sea necesario para definir, consolidar y transmitir una idea, aunque tarde mucho, habrá valido la pena.

Enrique Espinosa Olivar

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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