El mundo ha cambiado. No obstante, la pregunta en la mente de todas las personas con las que trabajo y convivo es cuándo volveremos a la normalidad. ¿Cuándo se terminará todo esto?
La respuesta es bastante simple, aunque difícil de aceptar: nunca.
Es difícil aceptar el cambio, sobre todo en esta escala. Por eso nos aferramos a la noción de que esto es un paréntesis, un rato en lo que las cosas mejoran y la vida como la conocíamos antes de la pandemia retoma su cauce.
Así convertimos la sala en salón de clases y la pantalla de la computadora en pizarrón. Descargamos cursos en línea y actividades para no perder la cabeza. Agendamos la mayor cantidad de reuniones de trabajo. Tratamos de ser productivos. ¿Servirá todo esto?
La realidad es que estamos frente a una catástrofe que cambiará para siempre la forma en la que nos movemos, convivimos, aprendemos y trabajamos. Todavía no sabemos cómo. Tal vez la mejor forma de asumir el cambio sea preparándonos para esto que es inevitable, el cambio.
Escribo esto a unos días de que Estados Unidos alcance el pico de casos en la ciudad de Nueva York, el nuevo epicentro de la pandemia. En un par de semanas la curva incrementará en el sur, en lugares como Luisiana y Florida. De ahí a México, donde realmente espero que nos estemos preparando para la emergencia sanitaria.
Este es el primer gran cambio. La vida en aislamiento que, aunque no será permanente, sí tomará tiempo. Cuando superemos la crisis de salud, que lo haremos, podremos enfocarnos en la economía y en su reactivación.
No será fácil, este es el evento económico más importante de nuestra existencia. De ese tamaño será también el impacto social.
A todo esto tendremos que ajustarnos. Nadie sabe cuánto durará la crisis, todos queremos que termine pronto para conocer lo que nos espera al otro lado.
Yo encuentro consuelo pensando que al final de esta travesía la recompensa será abrazar a mi gente, reabrir negocios y volver a cruzar fronteras. Aceptar el cambio es darle espacio a la resiliencia y la esperanza. Estamos en esto juntos.
@Enrique_Acevedo
