La vía del desarrollo democrático en México está plagada de obstáculos. La violencia, la corrupción y la desigualdad claramente encabezan la lista y acaparan buena parte de nuestra atención, nuestros recursos y nuestra energía, pero desafortunadamente no son los únicos.
Mientras arrastramos y se intensifican los retos del pasado, surgen nuevos desafíos para una sociedad tan polarizada como la nuestra. Una sociedad enfrentada por las diferencias de clase, de género y de ideologías políticas que mantienen dividido al país en un momento que cada vez más demanda la unión nacional.
Entre estos retos me preocupa en particular el aumento de la desinformación y el asalto al pensamiento racional que la acompaña. La manipulación de la información no es novedad en nuestro país, pero los métodos y las plataformas disponibles para distorsionar los hechos, descalificar el periodismo crítico e independiente, y para difundir propaganda o mentiras han convertido a nuestros teléfonos celulares, nuestras tabletas y computadoras en verdaderas armas de confusión masiva.
México tiene más de 60 millones de usuarios de internet y más de 35 millones de usuarios de WhatsApp. Si el control ejercido desde la televisión se convirtió en un flagelo, la manipulación del espacio digital y de sus audiencias representa una amenaza directa para la democracia en México. Nuestro pasado autoritario nos hace un país en particular vulnerable a este ecosistema de información falsa y de propaganda impulsada muchas veces desde la propia Presidencia, desde donde se emiten opiniones que buscan desacreditar los hechos o se comparten datos que esconden o intentan maquillar la realidad.
Por eso es más importante que nunca fomentar un sentido de responsabilidad individual entre quienes consumimos y compartimos información. Es tarea de todos cuestionar el origen y la veracidad de las noticias que guían nuestro punto de vista y de mostrar un sano escepticismo ante la información que llega desde las fuentes oficiales.
Si como sociedad hemos aprendido a tomar decisiones de valor nutricional evitando la comida chatarra ¿Por qué no hacer lo mismo con la información con la que alimentamos a nuestra mente?
@Enrique_Acevedo