Además de la ciudadanía, la democracia, el INE y los contendientes, hay otro ganador de la jornada electoral del 6 de junio: Mario Delgado.
Con fuertes críticas a cuestas, llegó bien a la meta. El político tiró los dados cargados de candidaturas cuestionadas por sus propios compañeros y le tocó escalera.
El domingo, los dirigentes partidistas salieron a difundir cuentas alegres mientras que los aspirantes estiraron aún más la liga: se declararon triunfadores y festejaron como si fuera la última noche. Y sí, fueron victorias temporales, para quienes, a la mañana siguiente, se revelaron como mentirosos.
No fue el caso de Delgado, quien anunció que ganaron 11 gubernaturas: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Al momento de escribir estas líneas, Campeche sigue cerradísimo, de pronóstico reservado.
Sin embargo, nueve,10 u 11 gubernaturas, de 15, son música para los oídos del presidente de Morena y su fracción ebrarista-monrealista.
Por otra parte, está el grupo de Claudia Sheinbaum.
Ciudad de México se partió en oriente y occidente y el proyecto de la 4T sufrió un desplome.
La jefa de Gobierno señaló hacia fuera; culpó a campañas de desprestigio. Y aunque Mario fue cuidadoso al decir que existen, lanzó un dardo lleno de verdad: nos dijo en entrevista para Meta 21 que la caída de su partido en la capital se tiene que revisar “muy a fondo”.
“Debe ser el tema de la pandemia. Debe ser el tema también de la gestión de los gobiernos, de las alcaldías. Claro que tendrá que ver el accidente de la Línea 12 del Metro”, remató.
Primero, con los resultados capitalinos (teniendo el apoyo de AMLO y la libertad para elegir operadores y candidaturas) y después, con su reacción de poca autocrítica, a Sheinbaum le tocó caer en serpiente.
El juego rumbo a 2024 continúa. Todo puede suceder. Pero, hoy por hoy, Mario sube y Claudia baja.
Aquí entre nos
Se pone color Morena el futuro del gobernador de Tamaulipas. Con el avance del Movimiento de Regeneración Nacional en la Legislatura local, los caminos que tiene el mandatario para evitar el desafuero se reducen.
Elisa Alanís
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