Cerrar un año no es simplemente arrancar una hoja del calendario. Es una pausa necesaria para mirar el camino recorrido, reconocer los avances y reafirmar el destino que queremos construir como hidalguenses.
Al despedir este 2025, quienes habitamos esta tierra de trabajo y dignidad podemos hacerlo con la tranquilidad de saber que Hidalgo avanza con rumbo claro. No se trata de percepciones ni de promesas: se trata de hechos que hoy se reflejan en nuestras comunidades, en el campo, en las calles y en el bienestar de miles de familias.
Este año ha sido un periodo de resultados tangibles. Bajo la administración que encabeza el gobernador Julio Menchaca Salazar, el estado ha vivido una transformación que va más allá del discurso y se manifiesta en acciones concretas. La política ha recuperado su esencia más noble: servir a la gente y poner en el centro a quienes durante décadas fueron relegados.
Pero si algo distingue este momento es que lo mejor aún está por venir. El 2026 se perfila como un año de consolidación. La energía renovada que hoy se percibe debe convertirse en el impulso que nos lleve a construir el Hidalgo que soñamos: moderno, justo y con oportunidades reales para nuestras juventudes.
A ustedes, queridas y queridos lectores, les deseo que este cierre de año sea un espacio de paz, reflexión y unión familiar. Que la esperanza se renueve en cada hogar, desde la Huasteca hasta el Valle del Mezquital, y que el orgullo por nuestra tierra nos mantenga unidos y firmes en el propósito de verla crecer.
Iniciemos el 2026 con la frente en alto y la voluntad intacta de seguir trabajando por la grandeza de Hidalgo. Tenemos bases sólidas, tenemos rumbo y, sobre todo, contamos con el talento y la fuerza de un pueblo que no sabe rendirse.
Con afecto y compromiso, su amigo, Elías Gil, les desea un próspero y extraordinario Año Nuevo. Que la salud y el éxito acompañen cada uno de sus proyectos.
Nos leemos nuevamente a partir del 8 de enero.
¡Felicidades!
