En la conversión de los Estados nacionales en una aldea global que trajo consigo el neoliberalismo de inspiración smithiana, para conservar e incrementar los privilegios heredados por unos cuantos de generación en generación desde hace 300 años, en vez de pensar en la creación de un nuevo orden internacional para regular los nuevos enclaves de poder absoluto (económico, político y militar) y para dirimir los conflictos entre las naciones, se ha recurrido a las habladurías para reducir a los jefes de Estado que creen posible una globalización que no sea neoliberal sino más humana, a vulgares delincuentes, aliados a los cárteles de la droga.
Veamos un poco de historia para tratar de entender el conflicto entre las derechas y las izquierdas en el mundo, el cual se agudizó, específicamente entre México y Ecuador, con el asalto policiaco a la Embajada de México en Quito, Ecuador, la noche del pasado 5 del mes en curso, para aprender al ex vicepresidente de izquierda, Jorge Glas, sobre quien pesan delitos de corrupción, y a quien el Gobierno de México le acababa de conceder asilo político.
Retrocedamos entonces hasta el 9 de noviembre de 1989, fecha en la que se derrumbó el Muro de Berlín, lo que simbolizó no solo la unificación de las dos repúblicas alemanas, sino, sobre todo, el eclipse de la flor del socialismo.
Pero, como bien dice Joaquín Estefanía en el prólogo del libro Derecha e izquierda, de Norberto Bobbio, en la edición de 1998. Sostiene que por las secuelas de las crisis del capitalismo en el siglo XX —y lo que llevamos del XXI, yo añadiría—, pareciera que el Muro de Berlín cayó para los dos lados, no solo para el lado del socialismo real.
Y en efecto, sin considerar la debacle financiera de 2008 que afectó a toda la aldea global,según datos de la ONU (en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, 2015-2030) en el mundo hay 736 millones de personas que viven en la pobreza extrema; 821 millones de personas desnutridas; y, entre otras calamidades que ni el socialismo pudo resolver y tampoco el capitalismo, 400 millones no tienen acceso a servicios básicos de salud.
Ahora bien, 12 años después de la caída del socialismo real, ya recuperadas de su derrota moral, bajo el lema: “Otro mundo es posible”, las izquierdas aparecen en el primer Foro Social Mundial (FSM), efectuado en Porto Alegre, Brasil, del 25 al 30 de enero,de 2001.Dos años después Lula da Silva gana la elección presidencial con el 61.3 % de la votación. Después el bloque económico los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) entra en crisis; y con ésta entra en crisis también el gobierno de Dilma Rousseff, sucesora de Lula. Luego Dilma es destituida por las derechas y Lula encarcelado por delitos de corrupción en un juicio cargado de sospechas.
Pues bien, es en este contexto de pugnas entre las izquierdas y las derechas en la aldea global, en el que hay que analizar en conflicto México-Ecuador que a muchos nos tiene con el alma en vilo; no tanto por el tráfico comercial entre estos dos países hermanos, que en realidad es ínfimo, sino por el intercambio de cultura y programas deposgrado que en los últimos años se han venido incrementando entre estos dos países.
Pero, más que todo, este conflicto a muchos nos tiene con el alma en vilo porque no logramos entender cómo, después de medio siglo de que inició el proceso de conversión de los estados nacionales en una aldea global, en materia de derecho internacional seguimos con el mismo viejo orden diseñado para un mundo bipolar, que ya no existe.
Lo que existe y seguirá existiendo es distintas ideologías de derecha y de izquierda. En cuanto a las primeras, lo que en éstas prevalece, no obstante sus desacuerdos,es la creencia de que el centro dador de sentido de todas las cosas sigue siendo Dios, como en la Edad Media, no la ciencia ni la filosofía, por lo que con quien se tiene que dialogar para decidir lo correctoes con Dios, no con quienes piensan de manera diferente.
Una segunda creencia fundamental de las ideologías de derecha es que el Estado solo debe ocuparse de establecer las reglas de la competencia económica y aplicar las leyes, nointervenir por medio de un sistema de economía mixta en actividades económicas porque, es por medio del egoísmo de los particulares dirigido por una mano invisible como se beneficiará a los vulnerables.
En cuanto a las ideologías de las izquierdas las cosas no son mejor. En esencia, aunque por diferentes motivos que aquí ya no puedo exponer, también rehúyen al diálogo para lograr acuerdos. la sospecha de que el otro, por pensar diferente a mí, no es confiable, no se aleja del pensamiento.
Por supuesto, tanto en las izquierdas como en las derechas hay personas de talante dialógico y muy inteligentes, con mucho que aportar para el desarrollo del conocimiento y la paz del mundo. Este perfil es el deseable que haya en los gobiernos de México y Ecuador para, por medio de un diálogo racional, resolver el conflicto por el que atravesamos.
Este es el perfil que esperemos haya en los gobiernos de cada uno de los países que componen la aldea global, para hacer posible la creación de un nuevo orden jurídico internacional, a fin de que, como lo sugiere Luigi Ferrajoli en su libro Razones Jurídicas del pacifismo, en la aldea global haya un derecho penal internacional mínimo y un constitucionalismo global.De lo contrario, sin que haya responsabilidad moral y política de por medio,las habladurías de la aldea global seguirán colgando “San Benitos” de Presidente narco a los mandatarios que creen posible humanizar el sistema capitalista.