El caso de Ximena Pichardo, rebautizada como Lady Racista, es la venganza del espejo: mientras la sociedad civil la exhibe y condena por sus actitudes racistas, el reflejo del espejo revela algo incómodo.
Que no es solo ella quien carga con prejuicios; es una sociedad que, al lincharla –el pasado viernes 25 de julio, al salir del Tribunal– demuestra que su indignación no la vuelve menos racista, sino que la desnuda como cómplice de este mal que pretende erradicar.
Al salir de las instalaciones del Poder Judicial, un grupo del colectivo Las Tonantzin (diosa mexicana que venera la tierra y la fertilidad) la esperaba. Una persona, al parecer reportero, le dice: “Buenas tardes, Ximena. Una preguntita”. No responde. Después se oye una voz de mujer que grita: “¡Ya sal, racista! ¿Cómo nos gritabas?”; “¡Negros! ¡Prietos!”, dice otra mujer, también gritando.
Otra voz femenina le grita: “¡Regrésate a tu país, no te queremos!”; “¡Órale, culera! ¡Órale! ¡A chingar a su madre, culera!”. “¡Vete a tu país! ¡Ni en tu país te quieren!”. Ella camina rápido con las manos hacia arriba rumbo al auto que la espera, recibiendo sobre su cuerpo un baño de refrescos embotellados y agua que la muchedumbre le lanzaba.
¿No es esto un intento de feminicidio? Indudablemente, el reflejo del espejo es lo que muestra. También muestra cómo estos actos, que lindan con los crímenes de odio, de un momento a otro se pudieron haber desbordado.
Curiosamente la agresión sufrida por Ximena Pichardo no mereció ni una línea de los analistas de siempre, demasiado ocupados con el tour internacional de Andy López Beltrán –así apodado Andrés Manuel, el hijo del ex presidente–, a quien siguen con más devoción que a la política misma. Al parecer, lo único que les enciende es la lucha por el poder político.
¿Qué hacer para combatir verdaderamente y con energía el racismo, los feminicidios, la xenofobia, los crímenes de odio, la aporofobia, la transfobia, el clasismo feroz que se disfraza de meritocracia, la violencia institucional que se ejerce desde los escritorios y la hipocresía social que lincha selectivamente según convenga?