Más que un proyecto de integración nacional, en sus orígenes el ferrocarril en México fue concebido como una herramienta al servicio del capital extranjero y de la modernización económica impulsada por la industria extractiva del porfiriato.
Su trazado priorizó la conexión de zonas mineras y agrícolas con los puertos y centros industriales, facilitando la exportación de materias primas, más que la articulación territorial o social del país.
Sin embargo, aunque de forma tangencial, también fue un medio de transporte de personas desde finales del siglo XIX hasta 1995, cuando fue privatizado por Ernesto Zedillo, etapa en la que impulsó la movilidad regional y el intercambio económico entre ciudades.
Hoy sobreviven solo unas cuantas rutas de trenes de pasajeros, entre ellas destaca el Ferrocarril Chihuahua al Pacífico –con 653 kilómetros–, mejor conocido como El Chepe.
En Monterrey, lejos de integrarse a la ciudad, el tren de carga interrumpe el tránsito vehicular y carece de plumas de seguridad en los cruces para proteger a los automovilistas. Para los gobiernos neoliberales, el ferrocarril no representaba una buena inversión, por eso lo concesionaron a empresas privadas.
La ausencia de plumas (barreras automáticas) en los cruces ferroviarios de Monterrey refleja el desinterés de las autoridades por garantizar la seguridad vial y la prioridad otorgada al transporte de carga por encima de la protección ciudadana. Esta omisión regulatoria ha costado vidas.
Hoy, después de tantos años de abandono ferroviario, entusiasma ver la relevancia que la presidenta Claudia Sheinbaum otorga a la renovación ferroviaria.
El tren formará parte del corredor ferroviario norte, que unirá Saltillo con Monterrey y continuará hasta Nuevo Laredo, en la frontera con EU. No se trata solo de enlazar dos ciudades vecinas, sino de integrar la ruta al comercio y a la movilidad estratégica de la frontera norte.
En conclusión, el tren Saltillo-Monterrey será una ruta moderna que conectará ambas ciudades, enlazará con el Metro y se integrará a la red nacional, convirtiéndose en un eje estratégico de movilidad y desarrollo para el norte del país.