El gobierno de Julio Menchaca comienza con grandes retos por cumplir, siendo el primero y más importante el de la seguridad pública debido a la situación de los municipios más poblados.
No es ningún secreto que Pachuca, Mineral de la Reforma, Tulancingo, Tula, Ixmiquilpan y Huejutla concentran la mayor cantidad de denuncias, así como de hechos de inseguridad en sus calles, colonias y fraccionamientos.
La cantidad de población, la movilidad y las rutas de acceso y salida del estado, son parte del fenómeno que ha hecho crecer los índices delictivos en la última década y se mantienen presentes más que nunca. El principal delito en Hidalgo es el robo en todas sus modalidades; seguido de la violencia intrafamiliar, que es un flagelo que provoca la ruptura permanente del tejido social y causa que las generaciones actuales y venideras en el estado, elijan en gran parte el camino de la violencia, las adicciones y los comportamientos fuera de la ley.
Si a eso le agregamos el tema del huachicol, los asaltos con violencia en carreteras y el clima de inseguridad para los comercios de zonas conurbadas, tenemos uno de los problemas más severos por los cuales la calidad de vida en la entidad se ha estancado por muchos años.
La tranquila y tradicional Pachuca de la que todos hablan, es solo un recuerdo de los hoy padres y abuelos, quienes no se imaginan lo que ocurre ahora en antros, bares, fiestas dentro de fraccionamientos, en donde se ha dejado crecer todo tipo de actividades.
Sin duda el principal reto para el gobierno que inicia con Julio Menchaca es reconstruir dicho tejido social, mediante el combate a la violencia dentro de las familias del estado y con la aplicación de la ley para quienes cometan actos contrarios.
Eduardo Gonzáleztwitter: @laloflu
