Que el alcalde de Francisco I. Madero, Jonathan Ávalos, podría hacerse acreedor a una multa debido a la promoción de “productos milagro” (adjetivo de la Cofepris) y eventual distribución de dióxido de cloro para combatir el Covid-19. La misma Secretaría de Salud del Estado alertó que su uso, así como del clorito de sodio pone en riesgo la salud de quien lo ingiere. El edil, médico de profesión y directivo del IMSS con licencia, está decidido a seguir adelante con sus peligrosas “recetas” y en fecha próxima distribuirá mil dosis de dióxido de cloro, anuncio que le valió ser nota nacional.
Si el alcalde maderense, de extracción morenista, quiere ayudar a sus gobernados bien podría distribuir cubrebocas y gel antibacterial y emprender campañas para concienciar a la población sobre la importancia de guardar la sana distancia y lavarse constantemente las manos.
Que los mal querientes del alcalde Jorge Zermeño Infante, incluso al interior de su mismo partido el PAN, ya empezaron a hacer su propia “revisión” de lo que hizo durante estos dos años 2019 y 2020, a propósito de que las lenguas viperinas aseguran que está a semanas de solicitar licencia para irse en busca de la candidatura a una diputación federal “pluri”.
Qué quieren saber a qué se debe tanta diferencia entre lo que ha invertido en nómina, es decir, en el capítulo de Servicios Personales en comparación con la inversión pública. Es grande la diferencia, de hecho, hasta agrupaciones cívicas ya pusieron el dedo en esa herida. ¿Será?
Que en donde se encuentran en atención sobre la aparición de “productos milagro” contra el Covid-19 es en la Secretaría de Salud de Coahuila, que comanda el doctor Roberto Bernal Gómez y se dispone a interponer multas para quienes distribuyan estos productos. La dependencia estatal alertó a la población sobre medicamentos que contengan en su formulación las sustancias de Dióxido de Cloro, Clorito de Sodio o sus derivados.
Los llamados “medicamentos milagrosos” no cuentan con el aval de la COFEPRIS y la Secretaría de Salud recomienda a la población no automedicarse y acudir a la unidad de salud correspondiente, aunque lo regale un presidente municipal.
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