Que el director de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Coahuila, Omar Rojas Zapata, se perfila para convertirse en el nuevo coordinador de la Unidad Laguna, de acuerdo con los consensos de las últimas semanas. Ya hasta el mismo rector, Octavio Pimentel Martínez, lo destapó descaradamente, como negando la democracia y autonomía universitarias.
Durante jueves y viernes pasados circuló la convocatoria a una reunión de la Academia de Directores, que se efectuaría en estos días adivinen dónde: en la Facultad de Derecho. Omar Rojas fue impuesto en Derecho por Carlos Centeno, que domina la Unidad a despecho de Manuel Medina, quien ciertamente colocó a Sandra López como coordinadora de la Unidad pero todos los demás funcionarios son afines a Centeno. A “el doctor” Medina solo le quedará su reducto, la FCA, y no por mucho tiempo, pues de pronto soplan vientos de cambio, a pesar de la misma Rectoría, que durante largos años le han respetado su ínsula como parte de una red de intereses y complicidades.
Que en Viesca andan que no los calienta ni el sol, luego de que un nutrido grupo de morenistas fundadores decidió brincar la cerca y tocar directamente la puerta de la dirigencia nacional para denunciar lo que llaman “la gran traición” del alcalde Jorge Vélez Sandoval.
Que cuentan los enterados que la carta enviada a Luisa María Alcalde llegó con sello de “urgente”, pues los firmantes aseguran que después de cien años de gobiernos priístas, el esperado cambio duró menos que un cometa: apenas siete meses les tomó darse cuenta de que, según dicen, “el nuevo gobierno huele a viejo”.
Que el enojo no es menor, pues acusan que en la Presidencia Municipal se reciclaron a varios personajes de pantalón tricolor, se desplazó a la militancia de Morena y se abrió la puerta a funcionarios foráneos que, aseguran, ni conocen los ejidos ni el polvo del desierto.
Que el nombre que más ruido hizo en la misiva fue el del tesorero Agustín Jaimes Sifuentes, quien —dicen— trae arrastrando un pendientesillo de 35 millones de pesos… pero en otro municipio. Y que más de uno en Viesca ya anda revisando candados y cajas fuertes por aquello de que no se repita la historia de Matamoros.
Que donde más se encendieron las alarmas es en los pasillos morenistas, al enterarse de que el alcalde habría estrenado hotel, cantina en la plaza principal y hasta participación en un proyecto turístico en las Dunas de Bilbao, todo esto —según narran los inconformes— sin que el cabildo vea ni una hoja de cuentas.
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