Que Luis Fernando Salazar en estos momentos navega con bandera blanca con sus correligionarios, incluso con aquellos con los que no necesariamente tiene buena relación, tal es el caso de Antonio Attolini.
Que dicen las malas lenguas que Luis Fernando Salazar le llamó personalmente al diputado, filósofo e influencer Antonio Attolini para invitarlo a su informe y que ahí, justo en ese momento, el “histrión” lo paró en seco y le dijo que no, que le hubiese encantado ir y “engordarle el caldo”, pero tenía un compromiso ineludible: ver el partido de la Selección.
Que Luis Fernando se quedó estupefacto pensando en cuál era ese encuentro deportivo que ni él sabía. Ahí nos vamos dando cuenta de las filias y las fobias de los integrantes de la Cuarta Transformación.
Que ya comienzan a manejarse algunos nombres para la elección del próximo año y muchos se cuestionan por qué tan pronto, pero pensándolo bien, el tiempo pasa volando y en un “abrir y cerrar de ojos” ya se acabó el año y el proceso empieza por ahí de enero o febrero de 2026 y eso está a la vuelta de la esquina.
Que contrario a lo que ocurre en el PRI y ahora el absolutista Acción Nacional ya preparan cuadros y ya hay muchos que levantan la mano, en la Cuarta Transformación parece que nada más no pegan los cuadros nativos, pues a excepción de un par de personajes creados en el Movimiento, los demás son de exportación. Se menciona a un Fernando Hernández, que no lo conocen ni en su cuadra, pues dicen que él será una de las grandes apuestas para aparecer en la boleta de la elección “huérfana” de 2026.
Que la alcaldesa de Gómez Palacio, Betzabé Martínez, en ocasiones se despoja de su investidura de primera autoridad y toma parte de la “chunga” con sus compañeros de trabajo, tal es el caso del reciente cumpleaños de Juan Ávalos, uno de los hombre más cercanos a la morenista -sin cargo administrativo, por cierto- pues le compraron un pastel y la alcaldesa ni tarda, ni perezosa lo tomó y se lo aplastó en la cara. Ahí las cosas fueron divertidas, pero las redes sociales hicieron lo suyo y fustigaron el hecho y es verdad, ahora este acto es políticamente incorrecto.
Que con toda y nueva imagen institucional, principios, ideario político y “punch” a escala nacional, en el PAN de Gómez Palacio tienen cerrado el edificio, porque cuando llegó la nueva presidenta Alba Perales encontró cortada el agua y la luz.
Que los militantes aseguran que el anterior líder del blanquiazul en Gómez Palacio no pagó los recibos y cuando se fue, hasta el papel de baño se llevó (a la más vieja usanza de los políticos) ¡Chale!
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