Que en el Informe de Alfredo Del Mazo, como es natural llamaron la atención las ausencias casi tanto como las presencias. Al magno evento en el que, además del Presidente de la República y la gobernadora electa Delfina Gómez, acudieron personajes de la talla de la Secretaria de Gobernación María Luisa Alcalde, no se presentó Horacio Duarte, claramente mano derecha de la futura mandataria mexiquense y pilar fundamental del equipo. Toda una incógnita los motivos.
Que tampoco estuvo el ex gobernador mexiquense Arturo Montiel, infaltable a estos actos, lo que dejó entrever, en el análisis de algunos, que pueden haberse ensanchado problemas en la familia priista luego del largo y tirante proceso interno que culminó con la postulación de Alejandra del Moral. Finalmente, una presencia que a algunos dejó desconcertados fue la de Jorge Pérez, el comunicador social que fue señalado por “tirarle” a Delfina siendo parte de la administración estatal delmacista. Cosas veredes.
Que muy comentado fue, por encima de los temas de la administración pública, las cordiales frases que ayer se prodigaron mutuamente López Obrador en su mañanera, y Del Mazo en su último informe de gobierno. Está claro que desde 2018 la comunicación y colaboración ha sido fluida, pero a estas alturas del partido el nivel dejó sorprendido a más de uno.
Desde el “no ha confundido las cosas, no ha hecho politiquería” que le reconoce el tabasqueño, a la respuesta del gobernador mexiquense en el sentido de que el presidente “deja un legado en la administración pública”. Vamos, hasta a la corcholata Claudia Sheinbaum le tocó apapacho. Así las cosas de las buenas formas de etiqueta política.
Que el tema no deja tan conformes a algunos. Por ejemplo, en entrevista con Azucena Uresti, el líder nacional priista (y malquieriente del oriundo de Atlacomulco), Alejandro Moreno, deslizó la posibilidad de procedencia en un caso de expulsión del partido, fundamentado en la cortesía de Del Mazo con quien se supone es un adversario político e ideológico. “No compartimos la visión”, dice Alito, aunque no falta quien recuerda que él se suavizó luego de las filtraciones de Layda Sansores. En fin, los rejuegos de la política.