Que tal y como lo predijo el profe Maurilio Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política en el Congreso local, los aspirantes para Fiscal General de Justicia del Estado de México llegaron “en cascada” en los últimos minutos del registro oficial. Pasaron de 16 candidatos, en el penúltimo día a 43 en el último. Provocó expectativa el posible arribo del ex rector y ombudsman mexiquense, Jorge Olvera García, así como el del ex titular del Poder Judicial mexiquense, Sergio Medina Peñaloza, quienes tenían horario para ser recibidos, pero por alguna extraña razón no acudieron.
Que fue todo un éxito el primer torneo de box penitenciario profesional que se llevó a cabo en el penal de Neza-Bordo, impulsado por la Secretaría de Seguridad del Estado de México y la Comisión Mundial del Boxeo, en donde acudieron internos las cárceles de Tlalnepantla, Chalco, Tenango del Valle y Ecatepec, tras varios meses de entrenamiento. Todos coincidieron en que no hay nada mejor que dirimir los problemas a golpes, pero eso sí, de forma deportiva.
Que por cierto, estuvo de risa loca la reciente declaración del diputado Mario Ariel Juárez Jiménez, pues anunció (públicamente y luego remachó con comunicado) que realizará "visitas sorpresa" a los centros penitenciarios de la entidad para constatar las malas condiciones de reos y familiares... No pues, así avisado, ¿cuál será la sorpresa? Lo que hacen las ganas de tener reflectores que lo hagan ver severo ante la población. De pena ajena.
Que hablando de osos, fue de gran magnitud el protagonizado por la Fiscalía General de Justicia, tras ventilarse en medios de comunicación y redes sociales el "pequeño error" en la exhumación del cuerpo de un hombre que falleció en 2020, diligencia necesaria para que fuera identificado con pruebas de ADN, cuyo resultado fue negativo, es decir, no correspondía a la familia a la que los restos fueron entregados; muchos se preguntan, ¿como éste, cuántos casos habrá? La FGJEM acéfala y con errores.
