QUE ayer se congregaron cerca de 40 mil personas en la Plaza Juárez de Pachuca en donde se tuvo saldo blanco por las fiestas del Grito de Independencia, y en donde por primera vez hubo un mismo propósito en general de reconocimiento al trabajo hecho en la República Mexicana y el estado de Hidalgo. El gobernador Omar Fayad Meneses salió muy aplaudido y con gente rodeándole, misma que le buscó para tomarse fotos y saludarle por lo conseguido en este último año para el estado en materia de seguridad, inversión privada y empleos.
QUE el que se pasó y ahora es ridículo nacional es el presidente municipal de Mineral del Monte, Jaime Soto Jarillo, quien tras dar el Grito de Independencia en Real del Monte, tiró la bandera nacional al ondearla frente a toda la población de la demarcación. Y es que el descuido fue mayúsculo al grado de que nadie se tomó la molestia de revisar el lábaro patrio para evitar cualquier situación como la ocurrida anoche con el edil del Pueblo Mágico, quien ya es famoso en todas las redes sociales, pero no precisamente por su trabajo en la región.
QUE los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo no estuvieron muy contentos ayer en el operativo por las fiestas patrias en la Plaza Juárez de Pachuca, pues de comida les dieron la clásica torta de nada y un juguito como si fueran niños de excursión, y en cambio tuvieron que ver como a los rescatistas de la Cruz Roja si les llevaron un menú ejecutivo que incluyó hasta fruta de postre. Ni hablar, para la próxima queridos oficiales.
QUE hablando de operativos, faltó revisión en los puestos comerciales en la verbena popular de Plaza Juárez, en el municipio de Pachuca pues se permitió la venta y ofrecimiento de animales como regalo y premio en los comercios ambulantes de la zona, y no sólo eso, en un puesto semifijo se tenían a cangrejos amontonados como parte de un juego en el que se llevaban peces y pollos como premio. Todo indica que por la noche llegaron inspectores a retirar a uno de los puestos, pero al parecer la tradición seguirá hasta que no se aplique la ley a fondo.