Que quien está por cumplir sus primeros 100 días de gobierno es el presidente municipal de Cuautepec, Jorge Hernández Araus, y no más se ve en la demarcación la transformación que prometió durante su campaña; no ha generado un cambio de fondo que saque a la demarcación de la pobreza o que al menos evite que sea identificado como un municipio huachicolero. Al alcalde lo persigue la sombra de no haber subsanado 5.9 millones de pesos en el Congreso cuando fue diputado local y, al parecer, es protegido por manos amigas.
Que la Semana Santa está a la vuelta de la esquina y el primer Pueblo Mágico de Hidalgo, Huasca de Ocampo, no ha logrado definir una estrategia turística para recibir a los paseantes durante los 15 días de asueto. Es evidente que hay un conformismo y falsa confianza por los atractivos que per se tiene el municipio, y eso provoca tanto la falta de planeación como la evidente carencia de un liderazgo genuino para encauzar ese hermoso lugar y no ser solo el primer Pueblo Mágico del estado, sino convertirse en el mejor de los nueve existentes. Es una pena…
Que el presidente municipal de Huejutla, Alfredo San Román Duval, parece andar más preocupado en dar entrevistas en restaurantes y centros comerciales exclusivos de la capital del estado que en gobernar y estar al pendiente de las necesidades en su demarcación; nos cuentan los enterados que en cada oportunidad que visita Pachuca aprovecha para amarrar coberturas “a modo” para poder resaltar sus escasos logros, sin importarle que el pueblo que se supone representa no tenga la menor idea de qué es lo que su edil viene a hacer a la bella airosa…
Que más de un presidente municipal soltó la frase “si ya me conocen, pa’que me invitan” cuando el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, recalcó que los ediles no pueden irse de vacaciones durante este periodo de asueto de Semana Santa, ya que lo primordial es atender a los turistas y resolver cualquier eventualidad que pudiera pasar. Por supuesto hubo rostros desencajados, murmullos en lo bajito y decepciones. Lástima Margarito, ahora sí que se pongan a trabajar.
