Que las apariciones en la 4T no fueron fortuitas en el marco de las elecciones judiciales. El ex presidente Andrés López Obrador salió de su rancho en Chiapas muy temprano y por primera vez desde que dejó la Presidencia. En Jalisco, reapareció Claudia Delgadillo, de quien no se sabía nada desde su derrota como candidata a la gubernatura. Los dos hechos no son una situación aislada ni un milagro: fueron parte de una estrategia para movilizar electores para avalar la Reforma Judicial de Morena, como pidió la excandidata al gobierno de la entidad en un video donde también se ve al alcalde morenista Sergio Chávez, de Tonalá, y el cual circuló en redes.
Que otro ejemplo de que en el proceso electoral judicial, a diferencia de las elecciones en cambio de gobierno o de Congreso, hubo desdén por no participar ni apoyar el ejercicio quedó más que evidenciado en territorios que no están bajo dominio del partido guinda. El desaire para no avalar al nuevo Poder Judicial fue de todos los emecistas de Jalisco empezando por el gobernador Pablo Lemus Navarro; Verónica Delgadillo, alcaldesa de Guadalajara; Juan José Frangie, de Zapopan, así como el senador Clemente Castañeda y otros distinguidos emecistas que mantuvieron el bajo perfil y no se aparecieron por las redes sociales.
Que la polémica decisión de permitir “acordeones” (guías electorales partidistas) en las elecciones judiciales de refleja una contradicción profunda. Mientras el INE avaló este recurso —criticado por muchos como un sesgo inadmisible en la imparcialidad judicial—, la participación ciudadana se desplomó a niveles de alarma. Aunque el promedio nacional ronda el 13 por ciento, en Jalisco, gobernado por Movimiento Ciudadano (MC), la abstención podría ser mayor, por lo que ya se dijo que sus representantes evitaron generar entusiasmo por unas elecciones cruciales, donde se renovarán cargos con impacto directo en justicia local. La baja participación debilita la legitimidad de quienes ocuparán estos cargos, pero eso no impedirá que ejerzan sus funciones.