En MILENIO TV, el lunes y el martes pasados, Carlos Marín entrevistó a Mike Vigil, quien fue por 12 años el Jefe de Operaciones Internacionales de la DEA en México y Centroamérica en materia de narcotráfico.
Vigil expresó que carece de elementos para considerar a García Luna inocente o culpable de algún delito, pero sí dio testimonio de que trabajó con él durante muchos años, y que éste se ganó la confianza de la DEA por su excelente colaboración. Dijo, además, que no le concede ningún valor a las grabaciones en las que supuestamente García Luna (ya preso en Estados Unidos) habría aceptado ante un desconocido pedir “a la mafia rusa” que amedrentara o asesinara a quienes lo puedan incriminar. El viejo ex funcionario de la DEA dio múltiples razones para desechar esa tontería.
Vale recordar que hasta hoy ni siquiera ha comenzado el juicio en contra de García Luna, por lo que no ha sido condenado por delito ninguno, y quien le atribuya haberse puesto al servicio del cártel de Sinaloa, si no tiene pruebas, es simplemente un difamador, aunque despache en Palacio Nacional. Tartufo (dejando en el chiquero su “honestidad valiente”) lo difama constantemente para golpear a Calderón.
Es bien sabida la forma como suelen actuar (y coludirse) elementos de la DEA y algunos fiscales yanquis para armar casos plagados de arbitrariedades. Recordemos que, cuando se asesinó en México a un agente encubierto, Enrique Camarena, la DEA inventó que el doctor Machain había auxiliado a los torturadores del agente para hacer “más dilatada y cruel la tortura”. Como el gobierno de México se negó a entregar al referido galeno, la DEA lo secuestró en México, lo entregó a un fiscal de su país y fue llevado a juicio. Después de años de prisión Machain fue absuelto y regresado a México, con el sabido: “usted disculpe”. Y de esos casos, hay los que usted se imagine.
Si fue corrupto quien dispuso durante tantos años de enormes cantidades de dinero, habría sido, además, estúpido si en vez de meter la mano (cuantas veces quisiera) al cajón de su escritorio (nada controlado) y hacer negocios con personas de su confianza, hubiera aceptado dinero del cártel al que le decomisaba droga y aprehendía a sus capos, que es, precisamente, lo que no perdonan esos criminales; en su código eso es traición que se cobra asesinando.
En el caso de García Luna lo honesto es esperar a que se dé el proceso en Estados Unidos para opinar con cierta base de sustentación. Lo procedente es que las autoridades de aquí verifiquen si, como se ha dicho, el patrimonio del ex funcionario es muy superior al que podría corresponder a quien fue servidor público (y si no queda justificada la diferencia) la FGR debe ir preparando una carpeta de investigación para que, en su momento, le pueda imputar aquí el delito de peculado.