Política

Augusto no es augusto

No todos a los que les sonríe la fortuna terminan siendo afortunados; ni los que llegan a la cúspide del poder resultan siempre poderosos. En ocasiones, a unos y otros, sus indecencias y taras los hacen despreciables porquerías.

También es cierto que nadie puede engañar eternamente. Llega el momento en que el farsante y tramposo se exhibe tal cual es.

Adán Augusto López, secretario de Gobernación, inició su trabajo como un augusto funcionario, de buenos modales y oficio político, respetuoso y respetado, encargado de representar al Ejecutivo federal ante los demás poderes federales y locales, las otras instituciones y los ciudadanos en general, para lograr armonía y gobernabilidad en el país.

Y, de repente, lo vimos como vulgar matraquero en mítines de Morena, que insolente y bravucón injurió a los funcionarios electorales y festejó sus propias gracejadas. De verdad, ¡patético!

Aprovechó la ocasión, por supuesto, para besar los sagrados pies de su amo, calificándolo como “el mejor Presidente que ha tenido México en su historia reciente”; y se tomó la licencia de decir que los funcionarios electorales “pronto se irán con el rabo entre las patas”. A partir de su presencia y majadero comportamiento en tales eventos, dejó de ser interlocutor válido ante quienes no forman parte de su claque.

El “augusto” secretario tiró sus máscaras y descubrió su bello rostro: pasó de respetable a patán, de interlocutor confiable a pandillero alevoso, y de hipócrita a cínico. Hoy nadie duda de la verdadera catadura de esta nueva “corcholata” en campaña, aspirante a ser en 2024 TARTUFO SEGUNDO.

Y a lo anterior (inmoral, ilegal y escandaloso) se suma algo igual o mayormente oprobioso: por una parte, el uso delictivo de recursos públicos en beneficio del partido oficial (como en los más asquerosos viejos tiempos) pues la susodicha corcholata tropical se desplazó a esos eventos en poderoso avión de la Guardia Nacional; y por la otra, que se hizo acompañar de altos funcionarios públicos, incluido el mismísimo general Luis Rodríguez Bucio, ¡comandante general de la Guardia Nacional! Más pudrición y pestilencia en nuestras instituciones, imposible.

No nos engañemos: todo esfuerzo ciudadano para lograr la concordia, la paz y el progreso de México será patriótico, pero debemos mantener a raya al atrabiliario de Palacio, ese que protestó “guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes”, que repite como loro que “nada ni nadie está por encima de la ley” (la que atraca diariamente), ese que acaba de sorrajar al Poder Judicial el reclamo más oprobioso: “a mí que no me salgan con el cuento de que la ley es la ley”.

Y para ser eficaces en ese enfrentamiento, que ya nadie detiene, asumamos que ningún siniestro criminal en el mundo ha tolerado, jamás, que la ley sea la ley.

Diego Fernández de Cevallos


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Diego Fernández de Cevallos
  • Diego Fernández de Cevallos
  • Abogado y político mexicano, miembro del Partido Acción Nacional, se ha desempeñado como diputado federal, senador de la República y candidato a la Presidencia de México en 1994. / Escribe todos los lunes su columna Sin rodeos
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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