San Miguel el Grande es una comunidad mixteca de Oaxaca que durante los últimos años ha sido escenario de las producciones cinematográficas La Tiricia o cómo curar la tristeza, La Carta, Arcángel, Nudo mixteco y Valentina o la serenidad, reconocidas algunas de ellas con premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y otros galardones de prestigiados festivales internacionales de cine como el de La Habana, Morelia, Viña del Mar, Huelva, entre otros.
Hace poco menos de un mes, una comitiva de autoridades locales, agentes estatales y habitantes de San Miguel sufrieron una emboscada en el paraje Santuario de las Aves, tras realizar una actividad comunal en la zona. Una de las cinco víctimas fue Román Cruz Murillo, poblador y colaborador de diversos proyectos de cine, junto con su hermana, la reconocida cineasta indígena Ángeles Cruz.
Este multihomicidio ha indignado a una comunidad cinematográfica nacional que lucha por lograr la descentralización de la producción audiovisual del país, la cual aún se concentra en buena medida en Ciudad de México. Los hechos, aún bajo investigación, están enmarcados en una disputa de 2 mil hectáreas de bosque en la que están involucrados grupos de interés del poblado vecino Llano de Guadalupe.
“La omisión, la indiferencia, inoperancia, revictimización y falta de atención que le ha dado el Estado a los atentados hacia la comunidad ha terminado con la vida de uno de nuestros colaboradores Román Cruz Murillo —gerente de locaciones y actor—, hermano de nuestra colega Ángeles Cruz —actriz, directora, guionista, productora—”, dice un pronunciamiento reciente firmado por integrantes del gremio nacional del cine.
De acuerdo con el relato de la denuncia colectiva, desde el 5 de mayo de este año se fueron intensificando los ataques contra la comunidad de San Miguel el Grande, incluyendo el asesinato de otras dos personas antes, el secuestro de cuatro más, la destrucción de casas y automóviles, así como diversos incendios provocados. El cúmulo de agresiones constantes acabó en la masacre reciente que hasta la fecha sigue impune, aunque exista una persona detenida. El riesgo de que otros pobladores, incluyendo Ángeles Cruz, sean agredidos es latente debido a la falta de resolución por parte de las autoridades. San Miguel el Grande aún está bajo asedio.
