“Algún día la verdad saldrá del pozo para fustigar a los mentirosos.”
Jean Léon Gérôme cuenta una leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron:
– Buenos días- dijo la mentira.
– Buenos días- contestó la verdad.
– Hermoso día- dijo la mentira.
Y la verdad, miró al cielo y el horizonte para ver si era verdad… Y sí, lo era.
– Hermoso día- contestó entonces la verdad.
– Aún más hermoso está hoy el lago- dijo la mentira.
Y la verdad, miró y miró al lago para convencerse de que era verdad… Y sí, lo era.
– Cierto, está más bonito- dijo entonces la verdad.
Y la mentira, corriendo hacia el agua, dijo:
– ¡Vayamos al agua a nadar! ¡El agua está mucho más hermosa! La verdad se acercó con prudencia al agua, la tocó con la yema de los dedos, vio que sí, el agua estaba más hermosa, y decidió creer a la mentira y seguirla.
Ambas se quitaron la ropa y se lanzaron al agua. La verdad y la mentira estuvieron nadando un buen rato, muy a gusto, hasta que la mentira salió y se puso la ropa de la verdad.
La verdad incapaz de ponerse la ropa de la mentira comenzó a caminar desnuda por la calle y todos se horrorizaron de verla.
Así es como la mayoría de las personas prefieren ver a la mentira disfrazada de verdad que ver la verdad al desnudo.
Se avergüenzan de ella, la prefieren escondida porque su luz les molesta, les interpela y les compromete.
En estas líneas trataremos de arropar lo más que se pueda a la verdad, ya que como vimos en líneas anteriores, es incapaz de vestirse con las ropas de la mentira y es por eso que se ha ocultado en el pozo de la ignorancia.
Prendamos nuestros dispositivos móviles o nuestros televisores y veremos las caras felices de nuestros líderes pero con corazones de mentirosos gritando a los cuatro vientos que ellos tienen otros datos, que ellos son elegidos por la divinidad para guiar a otros a la redención misma del país y de nuestras vidas. Los muy cínicos se asemejan al mismo Cristo. ¡No es broma!
Estos grandes histriones actuando el gran performance de su vida y con el poder de la elocuencia, el poder político, el poder económico y social han soltado al mundo una suerte de campaña de mercadotecnia que ha desarropado a la verdad, a los valores y nuestros principios humanos más básicos para adueñarse de las mentes y de los corazones de las personas reduciéndolos a simples votantes y consumidores dentro de la flecha dorada de una sociedad consumista de mentiras.
Y con estos aires de grandeza han despojado de sus ropas a la verdad en nuestra vida.
1. La verdad sobre nuestra naturaleza humana es desarropada por tecnologías e inteligencias artificiales que nos resuelven todo, absolutamente todo excepto el dilema de nuestra felicidad.
2. La verdad sobre nuestra identidad sexual, sobre la mujer y su increíble feminidad ha sido desarropada por feminismos recalcitrantes e ideologías de género sin fundamentos científicos y antropológicos que desatan y vociferan palabras y emociones de tristeza, resentimiento y división.
3. La verdad sobre la democracia ha sido desarropada por discursos populistas, polarizantes y manipuladores que han llevado a muchos países de Latinoamérica a dictaduras simuladas de democracia (léase Venezuela, Cuba, Nicaragua, Argentina, Bolivia, etcétera.
4. La verdad de nuestra naturaleza espiritual y verdadera religiosidad impulsada por el amor y equilibrada por la conciencia ha sido desarropada por fundamentalismos y fanatismos religiosos que provocan terrorismo, guerra y mucha desesperanza.
5. La verdad sobre la responsabilidad que debemos asumir ante nosotros mismos y ante los demás ha sido desarropada por sentimentalismos baratos y egoístas pautados por la mercadotecnia donde vemos cuerpos preciosos, bolsas caras, autos de lujo en personas vacías y tristes.
Arropemos a la verdad y dialoguemos con ella conscientes de qué tenemos mucho de que conversar.
Seguramente nos dirá cosas que no queremos pero que necesitaremos escuchar; tal vez nos dirá que abramos los ojos ante tantos falsos profetas y mesías políticos que pululan por allí; seguramente nos ayudará a discernir las diferencias entre aquello que necesito y lo que deseo para dar orden y priorizar mi vida; seguramente nos dirá cosas que nos dolerán y que nos moverán a dejar a ese esposo que me pega, a esa novia que me manipula y me controla. Seguramente me dirá que necesito terapia y hacerme más preguntas acerca de lo que quiero para mí y para mi vida.
Ayudemos a salir a la verdad del pozo y vistámosla con las ropas de la educación, de la familia y de los valores.
Que la verdad desenmascare tanta mentira suelta.
Porque una verdad a medias es una mentira completa; porque la mentira necesita de mentiras y de otras ropas para caminar mientras que la verdad allí va por la vida cruda, desnuda, sola e incomprendida.
La verdad es para valientes.
Caminemos a través de estas líneas conociendo y conversando acerca de la verdad.