Deportes

El Azteca, reprobado.

Usted habrá leído, visto y escuchado muy poco sobre la preocupación de la FIFA al encontrar detenido el inicio de las obras de remodelación en el estadio Azteca, de cara al mundial de 2026.

El América sigue jugando allí y echó al Cruz Azul, que no debería regresar jamás a la casa de su acérrimo rival, después de tan malos tratos. Se tiene proyectado que una vez concluida la participación del club americanista en la Copa de Campeones de la Concacaf, se comience -ahora sí- a trabajar en la remodelación, que más bien será reconstrucción, del vetusto y obsoleto “coloso de Santa Úrsula”.

Aparentemente no corre riesgo la realización del mundial, las huestes de don Emilio III consideran que en un año y medio estará listo el estadio más emblemático del balompié en nuestro país. Sin embargo, los antecedentes no son alentadores. La última vez que al dueño del Azteca y la Selección Mexicana, le dijeron que no había razón para preocuparse, sobrevino una vergüenza internacional con la NFL llevándose de México aquel encuentro histórico, por la cantidad de puntos, entre los Carneros de Los Ángeles y los Jefes de Kansas City.

En el comité organizador de México podrán decir misa, empero, la FIFA fue tajante: las obras tienen un atraso, por lo menos, de seis meses.

Pedro Ramírez Campuzano, hijo del célebre Pedro Ramírez Vázquez, arquitecto que diseñó el estadio, no entró al grupo encargado de llevar a cabo el proyecto de remozamiento. Más allá de los renders que se han filtrado, sigue siendo una incógnita en qué consistirá la remodelación de un inmueble que se cae de viejo.

Mientras en Guadalajara y Monterrey, el mundial podría comenzar mañana, en la capital, están seriamente atrasados con las obras del buque insignia del imperio.

Otro tópico, no menor, es el inminente litigio que vivirá la administración del Azteca. Resulta que la FIFA le ha pedido a Televisa la operación al cien por ciento del estadio, lo que incluye la comercialización de todas las localidades, contraviniendo el contrato que tienen por 99 años los propietarios de palcos y plateas. Ese título de propiedad, que en algunos casos es desde 1966, los hace tenedores del derecho a presenciar todos los espectáculos que se ofrezcan. Durante los mundiales de 1970 y 1986, no sólo se respetó el acuerdo contractual, sino que se incentivó la compra de dichos bienes inmuebles para estar presentes en todos los encuentros. Lo mismo ocurrió con otros estadios como el Jalisco o el Cuauhtémoc.

Hace un año, Gianni Infantino celebraba con su corte en México, la realización de un “tercer mundial” en el Azteca, aquello recibió todas las odas habidas y por haber. Pero ahora, como es lógico, en la casa dueña del futbol mexicano y socia de los fifos: no hay ninguna nota sobre la llamada de atención del máximo órgano rector del futbol. Se evade el bochorno y la responsabilidad, se mete debajo de la alfombra. Lo cierto es que están en tres y dos; contra reloj y con un primer aviso encima.


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David Badillo
  • David Badillo
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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