Como toda organización política, el Movimiento de Regeneración Nacional tiene estatutos, reglas, procedimientos y formas para mostrarse democrático ante todos sus afiliados, a final de cuentas la esencia de un partido es representar los intereses de aquellos que lo conforman, gracias a una ideología concreta y una estructura que la soporte para llevarla a la realidad.
Este fin de semana en Hidalgo, Morena renovará a su consejo ejecutivo y a su comité estatal, esto es, seleccionará a nuevos líderes que serán los encargados de dar forma, fuerza y dirección al nuevo mandamás hidalguense, y para ello qué mejor manera que invitar a los cientos de miles de morenistas activos para hacer valer su sufragio en las urnas.
Dinero invertido, afiliaciones de último momento, campañas internas, más de mil 600 aspirantes a ocupar un cargo y por supuesto mucha, mucha política hacia el interior de este partido, a final de cuentas es el juego del poder. Aunque insistan que todo es color de rosa, la verdad es que no es así, son varias corrientes que están pugnando por lograr la supremacía y no es para menos, el llegar a ser consejero o dirigente estatal de un estado precisamente que acaba de cambiar de rumbo, es un botín muy apetitoso para varios, máxime que contarán con todo el apoyo del gobierno federal para quedar bien ante sus nuevos gobernados.
Acá en nuestras tierras lo que veo es una nueva maquinaria o quizá mejor dicho, una maquinaria con otro color, pero que da pintas de empezar a operar justo como lo venía haciendo el tricolor; no vaya siendo que estemos en la antesala ahora de un Morena con estructura partidista tipo “copy paste” del antiguo régimen, ya el tiempo dirá.
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