Esta frase es la que dijo Yolanda Tellería allá por el 2016 ¿se acuerda?, cuando empezó a buscarle por todos lados a Eleazar García movimientos ilícitos para poder procesarlo, al final, en aquel entonces ella no logró armar evidencia contundente para poder procesarlo.
Hoy la historia es diferente y le está revirando, desde que terminó su administración en 2020, la alcaldía de Sergio Baños, la gubernatura primero priista y ahora morenista, no habían parado de buscarle el modo para hallarle algo y al final lo lograron.
De por sí desde finales de 2020, la Secretaría de la Contraloría y Transparencia la inhabilitó por un año para desempeñar cargos públicos, porque creó una plaza sin el debido proceso, y desde entonces Yolanda ha venido defendiéndose de varios trapitos que le han sacado al Sol con algunos amparos tramitados, pero el destino la alcanzó y fue detenida la mañana del pasado miércoles, por la Policía Ministerial y agentes de investigación de la Procuraduría General, es decir “judiciales”.
El motivo: uso ilícito de atribuciones y facultades, y acá entre los que saben, fue porque “jubiló” a una persona que ni a cinco años de trabajo llegaba dentro de la presidencia municipal, cosa menor si quiere verlo contra los enormes desfalcos que se han visto en otras épocas, pero a final de cuentas, lograron imputarle este chistecito, que la llevó a la barandilla.
No se trata del dinero créame, esa cantidad de más de 165 mil pesos es poco para la familia Ludlow-Tellería, es la vinculación al proceso y la nota mediática que se genera.
Esperemos que, así como Santiago Nieto mencionó que había suficientes elementos para detenerla, lo continúe haciendo con el resto de los alcaldes que están en la mira de la Procuraduría en el Estado, porque por ahí hay más de tres que los están escudriñando con lupa y no son unos cientos de miles de pesos, le hablo de millones mal manejados.
De no hacerse así, quedará claro que esto se trata de una cacería de brujas al estilo medieval.
