El artículo 27 constitucional es muy claro querido lector, al calce menciona: “La propiedad de las tierras y aguas comprometidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originalmente a la Nación, la cual a tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada…”
Así que el reciente decreto de expropiación de terrenos para la consolidación del corredor AIFA-Pachuca, firmado por la presidenta Claudia, reaviva una tema siempre incómodo, ¿Cómo conciliar el interés público con este derecho a la propiedad que menciona la Constitución?
Para los dueños de esos predios creame que la noticia no les llegó con gusto, las tierras que les quitarán no solo son un bien raíz, son también herencia, negocios, ahorro de la familia y por supuesto identidad comunitaria. De ahí que el impacto inmediato será emocional y económico, por supuesto aparecerán la incertidumbre sobre las cantidades a pagarles como parte de sus indemnizaciones, dudas sobre tiempos de pagos y sin lugar a dudas la desconfianza ante este proceso que suele percibirse como muy burocrático.
La historia reciente desde el famoso tren maya, menciona que al menos las compensaciones han sido justas y conforme a avalúos técnicos honestos y bien llevados, sin embargo y lo repito, la legitimidad de este proceso estará de la mano con el pronto pago del gobierno y de su capacidad de dialogar con los afectados para que la transción ocurra sin problemas, sino, nada más acuérdese de cómo a Sheinbaum la coparon de manera muy reciente los que fueran dueños de las tierras por donde pasará el tren suburbano del AIFA a Lechería.
Por otro lado tonto seria negar el potencial de este proyecto, el eje AIFA-Pachuca puede convertirse en el motor logístico y económico más relevante para el estado de Hidalgo en la últimas décadas, habrá atracción de inversión, generación de empleos, revalorizacion de zonas aledañas al tren y sobre todo una generación de una verdadera zona metropolitana que sin duda detonará cadenas de desarrollo que impactarán a nuestra sociedad.
Para el partido en el poder en nuestro estado, este proyecto es un bálsamo gratificante que le viene como anillo al dedo para pensar en su continuidad dentro de Plaza Juaréz, el tiempo ya lo dirá.