Nos encontramos en la antesala de las elecciones en los estados de México y Coahuila y huele a un triunfo contundente en el estado de México pues la unidad ha sido el parteaguas para consolidar la transformación política del país.
De las elecciones del año pasado donde se renovaron 6 gubernaturas no fue casual que el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador obtuviera 4.
Se perdieron Durango y Aguascalientes por las fracturas y el descontento de la militancia.
A casi un año de las elecciones pasadas estamos ante el avance de la transformación en el estado de México donde la hegemonía priista moribunda trata de sobrevivir con su candidata por abajo de la maestra Delfina Gómez que se perfila como la primera gobernadora del estado más competitivo electoralmente hablando para la oposición.
Estoy convencido que al partido de la cuarta transformación le ha resultado el escrutinio y la búsqueda de perfiles a conciencia acordes al movimiento transformador.
De forma contraria se observan estados perdidos con candidatos que sólo dividen y fracturan al movimiento.
Prueba de eso ha sido el proceso en Coahuila donde el candidato natural de MORENA era Ricardo Mejía Berdeja. Pero esas, esas son otras historias…
Así entonces la única forma de arrebatar a MORENA elecciones es provocando la división y la fractura a su interior, donde las encuestas a modo no son la solución para apuntalar a candidatos desarraigados o bien ajenos a la transformación encabezada por el presidente Andrés Manuel.
El próximo año además de elegir Presidente de la República habrá elecciones en 8 estados donde se antoja barco completo. El Presidente no va en la boleta pero debe influir. Su liderazgo moral es insustituible.
La elección próxima en Coahuila es el tubo de ensayo para que MORENA llegue en unidad y fortalecida para el 2024 y lo que implica la alianza con el partido del trabajo (PT), aliado indiscutible de la cuarta transformación pero con fuerzas disímbolas en todo el territorio.
En las elecciones pasadas para Presidente de la República el PT solo aportó el 6% del 53.1 de la Coalición juntos haremos historia.
La próxima gobernadora del estado de México se llama Delfina Gómez. Un maestra sencilla y humilde que no encaja con la oligarquía de los ladrones de Atlacomulco.
Esos que se sintieron dueños del país. Aquellos políticos elitistas de refinados gestos con zapatos Gucci y trajes de algodón egipcio están rebasados. Esa clase política está llegando al fin de su historia.
El último heredero está exiliado en España o quizás en París como Porfirio Díaz.
Adiós mamá Carlota…
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