El primer día del año tienen una especie de encanto para muchos (me incluyo), pues se traducen en el inicio de ciclos, nuevos propósitos y sobre todo en una cadena de buenos deseos que en la noche de ayer bajo el influjo del pensamiento positivo y reflexión con uvas o sin uvas, rituales o misas de año nuevo todos pensamos en un mejor porvenir pues no hay nada escrito aún sobre este año que comienza.
Y esos buenos propósitos en su mayoría se traducen en aspirar a un buen bienestar físico, económico y espiritual buscando un equilibrio donde las necesidades del ser sean saciadas sin falsos subjetivismos en una sociedad donde todo se centra en el “tener” antes que en el “ser”.
Este año que empieza hay que pensarlo positivo y fructífero pues citando a William Walker Atkinson “El hombre es lo que piensa que es y, gracias a su fuerza y su poder de pensamiento este se convierte en realidad”.
La reflexión debe estar puesta entonces en: ¿Qué estamos pensando para este 2024?
Sirvan estas líneas para desearles un año de bendiciones y bienes que se traduzcan en salud y prosperidad recordando que la única forma de alentar la transformación sostenida es a través de la práctica comprometida, duradera y cotidiana en aquellas acciones (propósitos y pensamientos), que se traduzcan en resultados
Sin embargo la amenaza de llegar al final del año con los deseos y propósitos truncados está en que las uvas no son mágicas y si no hay una programación y planeación puntual llegaremos al final del año (como ayer), con los propósitos descarrilados y con los mismos deseos reciclados.
Hay que ser constantes y disciplinados porque nada se puede conseguir sin esfuerzo, entrega y disciplina.
Por eso los expertos en ayudar a planear y cumplir metas sugieren metodologías donde nada escape y todo se mida por días, semanas y meses.
Estar midiendo es la panacea de que lo que no se mide no se mejora.
Por último estimados lectores, deseo que sus propósitos para este 2024 más allá de los calzones rojos, prácticas esotéricas, velitas trabajadas, consulta a caracoles y cualquier recurso empleado para estimular el arranque de este año no falte la salud física y mental.
Donde el cuerpo físico es el vehículo y cuerpo donde se hospeda un ser con poderes psíquicos, mentales y espirituales con capacidad de proveerle felicidad y paz.
Bienvenido 2024.
En lo político como cuatrotetista vamos por la continuidad y la consolidación de la transformación con Claudia Sheinbaum desde la alegría, el gozo y entusiasmo.
Desprovista de los odios y rencores de aquellos que se sintieron dueños del país, del lenguaje (ternuritas) y de las instituciones. Para ellos este 2024 será una pesadilla.
Para los pobres y la mayoría de los mexicanos un 2024 lleno de prosperidad y continuidad con piel morena…
@CUAUHTECARMONA
