Como mujer no puedo dejar pasar la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en el entendido de que se trata de una fecha de gran relevancia para toda la sociedad.
Podemos estar de acuerdo o no en las diversas formas en las que se conmemora esta fecha, pero en lo que no debemos dejar de poner atención es en el fondo de las exigencias de esta fecha, principalmente, el cese de la violencia de género.
En México las mujeres somos más del cincuenta por ciento de la población, pero paradójicamente, somos el grupo vulnerable más grande.
La violencia de género se da de diferentes formas, desde la violencia homicida, la explotación laboral, la explotación sexual hasta las formas más simples como la exigencia de que sirva un plato de comida, la exigencia de una camisa planchada o el no hablar con la mujer.
Y son precisamente las formas simples, pero a la vez complejas, de violencia contra la mujer, las que de alguna manera lastiman de forma permanente a la mujer, creando un sentimiento de inferioridad, un sentimiento de vacío, un daño permanente en toda mujer que la recibe.
Lo anterior se agrava si consideramos que las mujeres también trabajan y en la mayoría de los casos llevamos la carga de los deberes del hogar, en muy pocas ocasiones contamos con la fortuna de tener una pareja comprometida con el hogar y la crianza de los hijos, la regla general es que esto es obligación total de la mujer y no se cuenta como un trabajo, mucho menos como una aportación a la familia y a la sociedad misma.
Este tipo de violencia es la que va menoscabando a las mujeres que la sufren, va abriendo la puerta a otro tipo de violencias y, lo más preocupante, va educando en una normalidad a las siguientes generaciones que van a repetir los mismos patrones.
No cabe duda de que hay muchos pendientes en la acción del estado, en cuanto a las acciones relativas a frenar la violencia contra la mujer, pero también los ciudadanos debemos poner de nuestra parte para frenar esta violencia, ya sea formando, educando, denunciando y poniendo un hasta aquí.
La violencia contra la mujer es algo que se da en toda la sociedad, no hay lugar que no sea alcanzado por este tipo de violencia, lamentablemente todas las mujeres estamos expuestas a ella en diferentes ámbitos y situaciones.
Como sociedad debemos entender y comprender todas las manifestaciones que se dan el día de la mujer desde el dolor de quienes padecen, en sus diferentes dimensiones, la violencia de género, solo así podremos encontrar soluciones a este grave problema y podemos aspirar a un mejor futuro para las mujeres.