Política

Derecho a la vida

El derecho a la vida es el principal de todos los derechos humanos; detrás del derecho a la vida, vienen el derecho a la libertad y a la propiedad; sin estos derechos el ser humano no puede desarrollarse plenamente en sociedad y esto es indiscutible.

Traigo esto a colación después de la votación de diversos dictámenes relacionados con el derecho a la vida en el Congreso del Estado y, considerando que la despenalización del delito de aborto quedó pendiente por el empate resultado de la votación, es probable que se realice una nueva el próximo jueves.

Espero que el tiempo entre una votación y otra, sirva para una mejor reflexión del tema y que algún legislador, o algunos, se sumen a la defensa de la vida.

Es un tema polémico, máxime si consideramos que uno de los argumentos que se dan a favor del aborto es el de la autonomía de las mujeres para decidir sobre su cuerpo.

Sin duda alguna, desde un punto de vista científico, jurídico y ético, estamos ante dos vidas que deben ser protegidas; incluso, el mismo Código Penal del Estado de Guanajuato prevé los casos en los que la vida de la mujer será protegida por encima de la vida del nuevo ser humano, es decir, hay excluyentes de responsabilidad del delito para casos muy específicos.

El punto de interés siempre será la defensa de la vida, cuestión que cobra relevancia en un país en el que, en los últimos doce años, hemos vito el avance de una cultura de la muerte, en la que se desprecia la vida humana y, esto, nos ha llevado a un alto índice de homicidios; no quiero decir que sea causa del aborto, pero es un indicativo del desprecio que existe por la vida en todas sus etapas en nuestro país.

Así, el aborto, en su sentido más amplio, debe estudiarse y debatirse desde el punto de vista científico, biológico, social, filosófico, ético, antropológico y económico; no es un tema en el que deba prevalecer la opinión fundada en una ideología, por el contrario, merece el estudio científico más amplio posible.

Tampoco se trata de un asunto en el que deba prevalecer un criterio legal, prueba de ello es que la Corte Suprema de los Estados Unidos de América cambió el criterio jurisprudencial sobre el aborto; de hecho, hoy en día la tendencia en muchos países occidentales es precisamente la de defender la vida.

El aborto no es un derecho ni un método anticonceptivo, no resuelve la pobreza ni la violencia, por ello, siempre he pugnado que esta defensa de la vida vaya acompañada de educación sexual, del acercamiento de los métodos anticonceptivos a las mujeres, de los programas que permitan a las mujeres salir de su situación de vulnerabilidad, de la concientización de la sociedad en general de que las relaciones sexuales son una responsabilidad y tienen consecuencias y que, al que al final, el beneficiario del aborto es el hombre y los agresores.


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Cristina Márquez Alcalá
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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