Sin duda alguna, el año 2024 se inscribe en la historia de nuestro país como uno de los más trágicos y decepcionantes de los que tengamos memoria.
Y no puede ser de otra forma si en este 2024 el régimen desapareció al Poder Judicial y, con ello, a la división de poderes, es una burla que hoy nos digan que cerramos el año como un país democrático; desaparecieron, también, a los organismos autónomos, ahora toda la información será reservada, no habrá licitaciones de frecuencias electromagnéticas (radio y televisión), mucho menos habrá un organismo que regule la competencia económica, o que evalúen la educación y la política social y, en consecuencia, se mejoren las estrategias públicas, entre otros.
Ya ni hablar de la degradación de las instituciones electorales, tanto administrativas como jurisdiccionales, y del dispendio del presupuesto en programas sociales que no ayudan en nada a cambiar la realidad de un país, por el contrario, el régimen socialista amplió su base electoral sobre la premisa de un electorado cautivo de programas clientelares y no sobre la necesidad de la correcta aplicación de los recursos públicos, la aplicación de la ley y la construcción de un estado democrático de derecho, con la visión de que las personas y las familias salgan adelante.
Sepultados quedaron, en 2024, el estado de derecho, la democracia y toda posibilidad de recomponer el camino en el corto plazo, ni qué decir de las libertades bajo amenaza.
Todo esto me recuerda los 8 principios de una sociedad exitosa que se le atribuyen a Abraham Lincoln:
1.- No llegarás a la prosperidad despreciando la economía. 2.- No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte. 3.- No puedes ayudar al obrero degradando al que le paga su salario. 4.- No promuevas la hermandad de los hombres incitando al odio de clases. 5.- No puedes ayudar al pobre destruyendo al rico. 6.- No puedes establecer una seguridad bien fundada con el dinero prestado. 7.- No puedes dar al hombre valor y carácter, quitándole su iniciativa y su independencia. 8.- No puedes ayudar a los hombres haciendo lo que ellos podrían hacer.
Como podrá apreciar querido lector, el régimen desde hace poco más de seis años se ha dedicado a aplicar estos 8 principios en sentido contrario, con el objeto claro de tener una sociedad dividida y sometida al régimen oficialista.
Ahora bien, tengo claro que los mexicanos somos más que un régimen corrupto y, en el futuro, tendremos el valor y la fuerza para cambiar esta situación y regresar al camino de la construcción de un verdadero estado democrático de derecho, un estado de bienestar en el que las ayudas a los más necesitados signifiquen la verdadera salida de la pobreza, un estado en el que la fuerza de la ley y las instituciones esté por encima de toda ambición personal y de grupo.
Estimado lector, te deseo un próspero 2025, que tengas paz y salud, unidad familiar y el mejor de los caminos en este nuevo año.