Reniega del PRI cuando él se afilió al tricolor apenas pasado “El Halconazo” de 1971, cuyo responsable es su admirado Luis Echeverría , y aún estaba muy fresca la matanza del 2 de octubre de 1968.
Reniega del PRD que le abrió las puertas, le permitió vestirse de progresista y hasta lo hizo dirigente en una de las etapas más importantes de la izquierda mexicana.
Reniega de las coaliciones opositoras con el PAN cuando como dirigente nacional del PRD en 1989 pactó la primera alianza de PAN-PRD al postular al ex priista -y muy adinerado empresario- Antonio Echevarría Domínguez, como su candidato a la gubernatura de Nayarit.
Reniega de Rosario Robles cuando él respaldó su llegada a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México cuando Cuauhtémoc Cárdenas se fue a contender por la Presidencia. Ahora la tiene en prisión como el mayor trofeo de la persecución política en su régimen.
Reniega de quienes tienen aspiraciones y él vive gratis en el más grande, fastuoso e impresionante de los Palacios que existen en México.
Reniega de los lujos de los empresarios, pero sus hijos se dedican a viajar por grandes destinos turísticos del mundo presumiendo en redes sociales lujos, diversiones y gustos de nuevos ricos.
Reniega de España. Y su abuelo fue un inmigrante peninsular que llegó a México a probar suerte.
Reniega de la UNAM. Y fue la Universidad Nacional Autónoma de México la que lo soportó 14 años para que se pudiera graduar (¿O acaso alguna universidad privada lo hubiera aguantado 14 años aunque pagara las colegiaturas? Sería el alumno que descuadraría la eficiencia terminal de cualquier carrera).
Reniega de los corruptos y tiene en su gabinete a Manuel Bartlett, le compra ventiladores caros e inservibles al hijo de Bartlett, le asigna contratos millonarios a su prima Felipa y tiene como secretarios y aliados a evasores de impuestos exhibidos en los Pandora Papers.
Reniega de los donativos legales que hacen empresas formales a organismos humanitarios reconocidos cuando sus hermanos reciben moches ilegales de orígenes obscuros.
Reniega de su esposa al exhibirla con la lectura mañanera de un tuit que era falso.
El problema es solo renegar y no gobernar.
Celso Mariño
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