Cómo podemos opacar el impacto negativo de la violencia que sigue en aumento, del incremento de las desapariciones forzadas, de las masacres a inocentes que se están dando por todo el país, del nuevo récord en homicidios y del escándalo por los contratos millonarios a los amigos de Andy?”, se han de haber preguntado en las últimas semanas en conocido Palacio.
Para pronto recurrieron a su batería de distractores y echaron mano de la “inauguración” de un tramo del Tren Militar. El régimen esperaba que su noticia anulara la conversación sobre los temas adversos a sus intereses… pero no.
En apenas unas semanas tuvieron que sacar otro de sus distractores bomba: el “regreso” de la aerolínea “MexicARMY de Aviación” con evidentes fallas, pifias e improvisaciones que la mostraron como un nuevo engaño.
Pero el montaje de “Mexicana” no fue suficiente para reducir el ruido en contra y tuvieron que recurrir a otra de las ocurrencias brutales: La macro farmacia.
La cada vez mayor frecuencia de “ocurrencias bomba” evidencia la desesperación por acallar los reclamos populares.
Desde los primeros años de este sexenio vimos que echarían mano de distractores para tratar de blindar a su administración de las críticas y para ello necesitaban (y siguen necesitando) de símbolos.
“El símbolo -decíamos desde el 29 de mayo de 2021- representa o se le atribuye la representación de una idea o proyecto y debe transmitir o generar una emoción que llame a la acción deseada”.
“Ante su apresurado desgaste político y muy frecuentes pifias -como el pésimo manejo de la pandemia, de la vacunación, de la violencia y la reciente e imperdonable caída de la línea 12 del Metro-, López Obrador está urgido de nuevos, muchos y grandes símbolos que además sirvan como distractores”.
La ciudadanía debe, debemos tener cuidado de no dejarnos llevar por la agenda pública que pretenden imponer desde el poder para distraernos de grandes problemas de inseguridad, violencia y corrupción que merecen toda la atención y seriedad.
Debemos exigir, como desde hace lustros, que el gobierno haga su trabajo y dé resultados. Lo demás es puro “show” de YSQ.
PD. ¡Que tenga un muy feliz 2024, año propicio para rectificar!