Él y yo somos seguidores del gin and tonic. Una bebida histórica que no pasa de moda.
La ginebra es un licor que en su esencia tiene bayas de enebro. Tiene origen británico, proviene de la Jenever, una bebida que se destila por lo menos desde el siglo XVII en los Países Bajos. Se dice que fue un médico, Franciscus de le Böe, quien destiló alcohol con nebrinas por primera vez, explican los foros especializados en mixiología.
Para conocer sobre este licor se recomienda el libro Ginebra, el manual, de Dave Broom, Ediciones Akal, 2016, que “trata de cómo beber ginebras de todo tipo y de todo el mundo, tanto clásicas como de nueva generación. De como disfrutarlas con tónica y bitter lemon, del perfecto Martini, con ginebra y de cuál es la mejor para un Negroni, de ginebras delicadamente aromáticas y con intenso gusto a enebro, de cocteles a base de ginebra que rebosan de estilo y personalidad. Y sobre todo, de como saborear la ginebra de maneras que nunca creímos posibles”.
Hay de muchas variedades y se destila en diversos lugares pero las más históricas ginebras provienen de fábricas inglesas y alemanas.
De la ginebra (London Dry) se preparan los más famosos tragos —coquetos— como en más global: Vesper, el Martini de James Bond, el agente 007. Nada menos que 30 ml de ginebra, 10 ml de vodka y 5 de vermut seco, “mezclado, no agitado”, sin olvidar, las dos aceitunas verdes.
En el libro Copas con famosos. 50 recetas favoritas de grandes artistas de todos los tiempos, de la editorial Diana, 2022, encontramos los cócteles del quién es quién en la política, literatura y en la música.
Entre los amantes del Gin no faltaba la Reina Isabel II de Inglaterra, que siempre disfrutó del Gin & Dubonnet.
Uno de los más representativos actores como Cary Grant se decantaba también por el gin, con el famoso cóctel Dry Martini.
Orson Welles, actor y director de cine de gran impacto, prefería un Negroni, en un vaso —sin duda— old fashioned.
Uno de los personajes más silenciosos de la serie inglesa Downton Abbey fue el cóctel London Calling, que la entrañable familia Crawley degustó infinitas veces en el salón familiar.
El gin también participa en series como Las chicas del cable (White Lady)y Gambito de dama (Dry martini con dos cebollas).
Uno de los más bohemios de los escritores fue F. Scott Fitzgerald, quien escribió: el alcohol son las gafas rosas de la vida. El autor de la novela Hermosos y malditos, disfrutaba del gin.
Él y yo tomamos gin-tonic con cítricos (naranja, pomelo) y romero ahumado, con mucho hielo.
Todo, siempre, con medida.
Feliz año nuevo.
