El 10 de abril, en Olivar de los Padres, un derrumbe provocó la muerte de siete personas y una decena de heridos.
Ese mismo día y los días que le siguieron a la tragedia, vecinos de la delegación Álvaro Obregón mostraron documentos y fotografías de cómo meses antes habían denunciado las irregularidades en la obra donde ocurrió el derrumbe. No solo eso, supimos que la obra había sido clausurada y por mucho tiempo se siguió trabajando y construyendo.
La tragedia de Olivar de los Padres no sorprendió a los vecinos organizados. En los últimos años la zona que comprende Desierto de Los Leones y avenida Toluca en Ciudad de México ha sido devastada, en todos los sentidos, por la voracidad de las constructoras con la complicidad de las autoridades delegacionales, todas, hace muchos años, bajo el control del perredista Leonel Luna, hoy en día presidente de la Asamblea del Distrito Federal. Se han cambiado usos de suelo, se han dado permisos absurdos, se han obviado declaraciones de impacto ambiental. La zona es un absoluto desastre.
Leonel Luna y sus amigos, tranquilos. No solo eso, empoderados. A nadie parece preocuparle que haya siete muertos. Siete.
La procuraduría anuncia una investigación. Todos esperamos, sentados, para no cansarnos.
El viernes el Invea llega a clausurar El Borrego Viudo, esa taquería legendaria para los trasnochados de la ciudad. No se les ocurre nada mejor. Como si no hubiera cientos y cientos de construcciones ilegales, de construcciones llevándose a cabo detrás de sellos de clausura, de antros que abren de la nada en todos los barrios de la ciudad. No, vamos por El Borrego, total, se dice en las oficinas de Meyer Klip.
El viernes se intenta clausurar El Borrego, que por un problema de uso de suelo. Se arman los golpes. Pierde la autoridad. Unas horas después, regresa la autoridad con muchos policías. Ganan. La mañana siguiente retiran la clausura, que porque ya les enseñaron que no tienen problemas. Cada vez entendemos menos.
El domingo, los dueños de El Borrego dicen que hace semanas el lugar lo controla el crimen organizado. Que a ellos los echaron. El Borrego sigue abierto.
La procuraduría abre una investigación. Todos nos sentamos a esperar, para no cansarnos. Mancera dice que no permitirá la extorsión en la ciudad. Todos nos reímos, llorando.
Eso sí, ya tenemos Constitución. Que nadie se queje.
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