Suficiente se ha discutido sobre los absurdos, contradicciones, posibles ilegalidades de la consulta de revocación de mandato que se llevará a cabo el domingo en todo el país.
Ya veremos las consecuencias de la movilización del aparato gubernamental para provocar una nutrida participación. Pero esa no será la única consecuencia de la que hay que estar pendientes.
Hemos sido testigos en los últimos meses de la falta de estrategia de los partidos de oposición frente a un ejercicio que dicen despreciar pero que nunca supieron enfrentar con una estrategia sólida, tal vez porque, entre otras cosas, nunca tuvieron claro cuál querían que fuera el resultado.
¿Hubieran querido, y no lo confiesan, que el Presidente perdiera? ¿Querrían una pobrísima participación el domingo para acusar después del despropósito? ¿Preferirían una buena participación con buenos números para el afirmativo aun ganando la no revocación?
Un antiguo y colmilludo político mexicano les recomendó hace unos meses, cuando empezó todo esto, que lo que deberían haber hecho era sacar un comunicado diciendo que más allá de las diferencias lo ratificaban y que no dirían nada más sobre el proceso. Tal vez hubiera sido mejor que los despropósitos que hemos atestiguado estos meses.
Porque hay un resultado que es bastante posible: buena participación y amplia ventaja para la no revocación, que en la narrativa gubernamental será convertida en una derrota para los partidos de oposición con tal de influir en, por ejemplo, las decisiones en el poder Legislativo y, tal vez, en las elecciones para gobernadores de este año. Más allá de esa posibilidad, cualquiera que sea el resultado, no tendrá nada que ver con algo que hubieran hecho los partidos de oposición.
Como reportó ayer mi compañera Jannet López Ponce, no se pusieron de acuerdo ni en lo de los representantes de casillas, lo que terminará dando toda la vigilancia en las urnas y conteos a quienes tienen muy claro qué resultado quieren.
Lo que les ha sucedido a los partidos de oposición es un botón de muestra sobre la confusión en la que viven frente al Presidente y su movimiento.
Bien harían en hacer una revisión crítica rumbo a lo que se viene de aquí al 2024 si es que quieren competir. Juntos o cada uno por su lado, o como sea, pero competir. Porque no hay democracia funcional sin partidos y en esta ocasión, los de oposición fueron aplastados.
@puigcarlos