Entre los pueblos paupérrimos en la frontera que divide a Coahuila y Durango a veces se podía ver un espectáculo inusual: una polvareda levantada por las llantas veloces de un lujoso Lamborghini, que rebasaba casas a medio construir, negocios abandonados y ranchos con ganado flaco.
Y no era cualquier “Lambo”, sino el modelo Urus en un color verde chillante. Específicamente, un tono limón.
La carrocería había sido repintada para que el vehículo de lujo fuera distinguible desde los cerros empobrecidos de La Laguna y para que coincidiera con el apodo del dueño: El Limones, Édgar Rodríguez Ortiz, quien este miércoles fue detenido en un operativo encabezado por el secretario Omar García Harfuch por extorsionar a comerciantes y ganaderos, lavado de dinero y fraude, una racha delictiva que era un secreto a voces en la región.
MILENIO tuvo acceso a dos fotografías del presunto operador financiero del clan Cabrera Sarabia, cercanísimos al Mayo Zambada, dentro una cochera presumiendo ese exclusivo automóvil con un valor cercano a los siete millones de pesos: un SUV de superlujo que acelera de 0 a 100 kilómetros en cuatro segundos y cuya velocidad máxima es de aproximadamente 305 kilómetros por hora.
En una imagen, El Limones posa junto al automóvil portando una camisa que lo acredita como alto integrante en la Región Laguna de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), una central obrera fundada y encabezada por el diputado federal morenista Pedro Haces.
En la segunda fotografía viste casual con jeans y una sudadera verde —su color predilecto— entre su “Lambo” limón y un Ferrari Portofino rojo, cuyo valor ronda los seis millones de pesos.
Quienes vieron de cerca el Ferrari cuentan que en la cajuela tenía una calcomanía que lo hacía aún más inconfundible: un limón partido con un cuchillo o bisturí, una velada amenaza del dueño y su capacidad para causar daño.
“Tenía un Lambo verde y un Ferrari con calcomanías por pura vanidad: para que la gente supiera que es él desde lejos. Incluso ordenó que nadie podía pintar su auto, aunque fuera viejito, del mismo color o lo mandaría a matar”, dice la fuente que compartió la imagen a este periodista.
“Le gustaba que la gente viera un color limón y sintiera terror”.
Arrancones y carreras clandestinas en Gómez Palacio
El inusual vehículo fue una de las pistas que usó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Fiscalía General de la República, el Centro Nacional de Inteligencia y las Fuerzas Armadas para dar con el paradero de quien se cree es el número dos en la estructura delictiva enquistada en CATEM.
El primero sería Nassael Arrmando Cobián Duarte, El Muñeco, quien se presenta ante sus víctimas como secretario general estatal del sindicato, y siguiente objetivo del gobierno federal.
De acuerdo con la fuente, el extravagante vehículo ayudó a agentes federales a mantener un seguimiento al Limones: el “Lambo” verde limón fue visto en un complejo deportivo llamado “El Barrio de la Boca”, ubicado en Gómez Palacio, Durango, que supuestamente es uno de los muchos centros de lavado de dinero del Limones, igual que en cervecerías, marisquerías, salones de fiestas y bares que funcionan como negocios fachada de los Cabrera Sarabia.
Cada vez que el auto estaba estacionado afuera de un negocio, arrojaba nueva información a la carpeta de investigación.
“Limones siempre se sintió protegido en Gómez Palacio. Se sabe que tiene la protección de autoridades locales, empresarios corruptos y que mucha gente le teme.
“Así que corría por las calles de La Laguna, hacía arrancones, carreras clandestinas, manejaba a toda velocidad y con la música alta. Nadie lo detenía. El ‘Lambo’ se volvió en mi pueblo en un símbolo de miedo y poder”, cuenta la fuente.
El vehículo de lujo, incluso, tenía su propio soundtrack: un corrido alterado, De Apodo Limones, que el propio Édgar Rodríguez Ortiz ordenó componer al influencer Carlos Charly Guajardo y entonado por el grupo musical MásD1.
El Dato¿Qué dice el corrido?
Después de la chamba / festejamos ahí por Gómez Palacio / relajado me verán. Me gustan los autos exclusivos / me gusta agarrar camino pa’ Durango y Cosalá.
Gracias al recorrido del Lamborghini verde las autoridades federales también dieron con el domicilio del cual fue sacado El Limones, quien se rindió sin oponer resistencia, a pesar de que fue sorprendido con un arsenal de armas largas, chalecos tácticos camuflados tipo militar y municiones de calibre exclusivo del Ejército mexicano.
El vehículo de lujo también ofreció al secretario Harfuch un dato crucial para las investigaciones que seguirán en los próximos meses: El Limones no era el único aficionado en su estructura criminal a los Ferraris brillantes comprados con dinero opaco.
El Limones cayó por vanidoso
El Limones cayó, primero, por vanidoso. Luego, por confiado, dicen en La Laguna. Y por esos mismos pecados capitales otros cercanos a él pronto caerán, pues el gobierno federal los ubica como otros integrantes de un club criminal de aficionados a los “Lambos” y Ferraris y que habrían sido comprados con dinero de extorsiones y secuestro.
Por ejemplo, un operador de Édgar Rodríguez Ortiz que ha sido identificado como El Chícharo cuenta con un Ferrari rojo; otro ubicado por las autoridades como El Comandante Ybarra conduce un Ferrari negro, y otro más, señalado sólo como Operador Financiero usa un Ferrari amarillo.
Todos siguen la orden de su jefe: nadie puede usar el verde, “el color del dinero”, excepto El Limones.
La colección abarca más autos de lujo: Mercedes Benz de colección, versiones vintage de Mini Coopers, modificaciones deportivas de Porsche. Autos en los que Limones y sus cómplices ejecutaban sus crímenes, desde cobros de derecho de piso hasta asesinatos y desapariciones, y cuya rareza está descrita por testigos anónimos en varias carpetas de investigación en la fiscalía local y en la federal que ahora encabeza Ernestina Godoy.
“El ‘Lambo’ verde, perdón, es de mal gusto. Y ese es Limones: él viene de una familia pobre de la colonia Trincheras, un barrio popular en Gómez Palacio. Empezó desde abajo: robaba autopartes, vendía cristal, clonaba tarjetas.
“Lo de cualquier mafioso pequeño. Pero empezó a crecer y crecer y cuando tuvo dinero se comportó como nuevo rico. Ese fue su principal error: ¿quién se mueve en las rancherías en un Lamborghini?”, ironiza la fuente consultada.
Incluso, asegura, hay historias que podrían ser mitad verdad y mitad mentira, pero que se cuentan como parte del folclor de la zona: que varias veces, los autos de lujo del círculo de Limones se atascaban en los caminos rurales y eran rebasados por niños en bicicleta o campesinos a caballo.
Cuando las pistas que arrojó el “Lambo” verde y los Ferraris fueron suficientes, agentes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Guardia Nacional llegaron con sigilo a La Laguna para hablar con empresarios que habían denunciado las extorsiones del Limones, su violencia extrema y sus excesos.
Las entrevistas terminaron por darle forma al operativo del hombre que juraba que sus jefes jamás lo dejarían solo.
Esos superiores son los hermanos Cabrera Sarabia, Alejandro y Luis, El 02 y El 03, respectivamente. El 01, Felipe, alias El Ingeniero, se encuentra preso en Estados Unidos y se prevé que sea liberado en julio de 2029 por cargos que tienen que ver con su apodo más famoso: El Rey de la Heroína.
Los tres hermanos han sido por años uno de los principales apoyos de la facción de Ismael Zambada García. Tanto que mientras El Mayo estaba prófugo, la casa donde se escondió por años en el pueblo de Santiago Papasquiaro era propiedad de los Cabrera Sarabia, quienes dispusieron para su socio hasta cocineras y sicarios con armamento capaz de derribar una aeronave de las Fuerzas Armadas.
Los Cabrera Sarabia siguen siendo leales al septuagenario capo y fundador del Cártel de Sinaloa: apoyan financieramente a La Mayiza en su batalla contra Los Chapitos y despejan sus terrenos por si Iván Archivaldo y Jesús Alfredo los necesitan usar como escondites.
Lo que ya no podrán hacer es contar con las operaciones financieras del Limón, cuyo gusto por la velocidad terminó este miércoles con una abrupta detención. Un capo que pasó de la rapidez de las pistas clandestinas en la sierra a vivir estacionado en una celda de máxima seguridad.
ksh/EHR
