Durante años, Edgar “N”, conocido como El Limones, se movió con soltura entre dos mundos que, a simple vista, parecían incompatibles: por un lado, el de la política laboral y sindical, y por el otro, las estructuras criminales dedicadas a la extorsión en la región lagunera.
Su detención, ocurrida la madrugada de este miércoles en un operativo conjunto de fuerzas federales, destapó un entramado de relaciones, reuniones públicas y acercamientos políticos que le permitieron construir una fachada de legitimidad mientras, según autoridades federales, se consolidaba como uno de los principales operadores financieros del grupo criminal Los Cabrera.
Edgar “N” no era un personaje menor dentro del mapa político-laboral de Durango, pues ocupó el cargo de secretario de organización de la Confederación Autónoma de Empleados y Trabajadores de México (CATEM) en la entidad, desde donde sostuvo encuentros con empresarios, líderes sindicales, funcionarios y figuras políticas cercanas al partido oficial a nivel nacional.
Ese acceso, discreto, pero constante, le permitió proyectar influencia en sectores productivos clave mientras consolidaba, según los reportes de inteligencia, una red de extorsión que afectaba a productores agrícolas, transportistas, comerciantes y ganaderos en Durango y Coahuila.
Apoyo político en tiempos electorales
La historia de El Limones también incluye participación activa durante el proceso electoral de este año. De acuerdo con registros fotográficos y testimonios públicos, Edgar “N” sostuvo diversas reuniones con José Ramón Enríquez, entonces candidato de Morena a la alcaldía de Durango.
En más de una ocasión, el presunto operador criminal acudió acompañado de representantes de CATEM para manifestar públicamente su respaldo.
“Estamos seguros de que Durango merece un cambio y es tiempo de que la 4T llegue a la capital de este gran estado”, afirmaban desde la confederación durante esos encuentros, reforzando una narrativa de acompañamiento sindical que, tras su detención, ha sido negada de forma tajante por la dirigencia nacional, especialmente por el diputado federal Pedro Haces.
Relación con productores y autoridades
Uno de los momentos más visibles de su actividad pública ocurrió en marzo, cuando participó en una reunión con los presidentes de los módulos de riego del Distrito 017 en la región Laguna, de Durango.
El encuentro, presentado por CATEM como una mesa para definir estrategias de la temporada de riego primavera–verano, llamó la atención porque también contó con la presencia de personal de la XI Región Militar y del Mando Especial de La Laguna.
En aquel entonces, las redes oficiales de CATEM Durango publicaron mensajes donde aseguraban: “Con estos pasos, reafirmamos nuestro compromiso con el progreso de la región y con el bienestar de los agricultores y sus familias. Seguimos construyendo juntos un futuro sostenible y próspero para la Región Laguna de Durango”.
El mensaje desapareció poco después; la página oficial donde se difundió ya no está activa.
En abril, Edgar “N” encabezó otro encuentro, en esta ocasión con un prominente líder empresarial del ramo de la construcción en La Laguna.
La reunión, anunciada como una posible alianza en favor del “bienestar regional”, generó controversia dentro del sector.
Semanas después, el empresario involucrado fue removido de su cargo, hecho que avivó sospechas y tensiones al interior del gremio.
Ese mismo mes, durante un evento convocado por el Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado (Sideapa) de Gómez Palacio, más de cien trabajadores anunciaron su incorporación a CATEM.
En las imágenes del acto aparecía nuevamente El Limones, estrechando manos y acompañando discursos dirigidos a fortalecer la presencia del sindicato en la región.
Protestas por extorsión y señalamientos directos
Fue en agosto cuando la situación alcanzó un punto de quiebre. Productores agrícolas, ganaderos, transportistas y empresarios del ramo de la construcción organizaron una movilización simultánea en Torreón, Lerdo y Gómez Palacio.
La exigencia era clara: la intervención del gobierno federal ante los constantes cobros de extorsiones cometidos, según los testimonios, por individuos que se identificaban como integrantes de CATEM.
La presión pública obligó a Pedro Haces Barba, dirigente nacional del sindicato y diputado federal, a emitir una declaración tajante: “No voy a permitir que manchen mi nombre ni el de CATEM. No conozco a El Limones y pido a las autoridades investigar a los líderes locales”, afirmó en ese entonces.
El operativo que terminó con su captura
Fue hasta este miércoles, tras meses de trabajo de inteligencia, cuando fuerzas federales y estatales ejecutaron un operativo de precisión que terminó con la detención de Edgar “N”, jefe de plaza en la región Laguna de Durango y Coahuila, y segundo al mando dentro de la organización de Los Cabrera, subordinado directo de José Luis Cabrera Sarabia, alias “El 03” o “El 300”.
La Secretaría de Marina encabezó el despliegue, acompañada por el Ejército, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la FGR y el Centro Nacional de Inteligencia. El gobierno de Coahuila también participó en la estrategia de inteligencia.
El secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, aseguró que la captura constituye “un golpe directo a las estructuras de extorsión que afectan a productores, comerciantes y transportistas del norte del país”.
El poder financiero detrás de la fachada sindical
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) detalló que Edgar “N” había tejido un entramado financiero basado en depósitos millonarios sin sustento legal, triangulaciones con empresas fachada, compra de inmuebles, adquisición de vehículos de lujo, joyería, apuestas y transferencias internacionales.
Su rol como operador financiero constituía, según autoridades, una pieza clave para mantener en funcionamiento a la organización criminal.
La captura de El Limones afecta directamente la capacidad de Los Cabrera para continuar operando en Durango y Coahuila, particularmente en un escenario donde el gobierno federal ha intensificado los operativos contra redes de extorsión y laboratorios de droga sintética en el norte del país.
Negación y distanciamiento público
Tras esta detención, Pedro Haces volvió a deslindarse públicamente de cualquier vínculo entre Edgar “N” y la confederación: “Felicito a las autoridades mexicanas, encabezadas por la Secretaría de Seguridad. Como dirigente de CATEM, niego rotundamente que el señor Limones pertenezca a esta confederación”, declaró.
Sin embargo, las fotografías, reuniones públicas y eventos donde participó El Limones mantienen abierta la discusión sobre su verdadera relación con la estructura sindical y sobre el alcance que logró construir para operar simultáneamente en dos esferas que, oficialmente, nunca debieron cruzarse.
Lo que para algunos parecía una figura sindical emergente, para las autoridades federales era, en realidad, el responsable de coordinar una red de extorsión que afectaba a cientos de familias productoras de la región.
Su captura marca un capítulo decisivo en la ofensiva contra las estructuras criminales de La Laguna. Pero también deja preguntas en el aire: ¿hasta dónde se extendían sus redes? ¿Y cuántos más operan bajo la sombra de organizaciones que, en teoría, deben representar los intereses legítimos de los trabajadores? La investigación, aseguraron las autoridades, apenas comienza.