Poco más de treinta millones de votos, treinta puntos porcentuales de diferencia con el segundo lugar, mayorías potentes en el legislativo –habrá que esperar las cuentas de los proporcionales y etcéteras– triunfo en un estado inimaginable para la izquierda hace unos años y competitivo en los pocos lugares que no ganó.
Sabíamos hace un tiempo que Claudia Sheinbaum llegaría a la presidencia, pero no imaginábamos –ni en su equipo– que lo haría con un mandato de ese tamaño. Ese mandato no solo es clave respecto al puesto que ganó arrasando y ocupará a partir del primero de octubre, sino dentro del movimiento, convertido en partido, que fundó López Obrador.
La magnitud del triunfo no deja dudas. Más vale al morenismo que andaba inquieto y armándola de tos, leer el resultado. Se tardó meses, pero sí, tendrá el bastón de mando.
Si el de Claudia es un carro completo, completísimo, retacado –hasta con unos de Verde–; los de la oposición han quedado bastante abollados, urgidos de reparaciones mayores o de plano reposición.
Urgido de irse al taller anda el PAN. La candidata perdedora era más panista que cercana a los otros partidos de la coalición; en la campaña apostaron todo por Ciudad de México, ilusionados por los resultados del 21 y perdieron por varios puntos, igual que un par de alcaldías que creían ganadas. En esas andaban y perdieron Yucatán. Una entidad menos para ellos. Las negociaciones con el PRI para los lugares en el congreso no les dejarán muchos legisladores.
No estoy claro que al PRI le haya ido demasiado mal. Alito, siendo Alito, entendió hace un rato las ventajas –sí, esas que le encantan– de tener en nuestro sistema un partido de 10 puntos porcentuales en el legislativo. Después del peñanietismo no había mucho más que hacer. Eso tendrá, desde ahí operará con comodidad. Ese coche ya estaba jodido, así lo manejará algunos años.
Los que siguen creyendo que traen carrazo son los de MC. ¿En serio? En Nuevo León –donde lo destaparon y lo diseñaron, perdieron el congreso y Monterrey, con todo y la esposa del gobernador. Esa guerra regia será épica, a ver si termina Samuel.
En Jalisco, donde no quieren mucho a Dante, renovaron gubernatura y Guadalajara además de otros municipios importantes, pero perdieron el Congreso.
Y sí, Máynez ganó diez puntos. Pero quedó en tercer lugar en una competencia donde solo importa quién gana. Pregúntenle al Cruz Azul o al Dortmund.
