El ajedrez es mucho más que un juego. Es un instrumento de destreza y planeación estratégica efectivo y fascinante. Sus beneficios se expresan en múltiples dimensiones, muchos de los cuales han sido explorados desde las matemáticas, la psicología y la antropología social. Voy a referirme a algunos de sus impactos más relevantes en el plano social, pues me interesa motivar al lector a desarrollar y fomentar su práctica.
1. Fortalece la integración familiar. Es común que a los eventos o campeonatos, las niñas y niños ajedrecistas lleguen acompañados de por lo menos dos familiares. En el mundo del ajedrez es conocido que el actual campeón del mundo, Magnus Carlsen, ha ido a los torneos acompañado de su padre, desde los ocho años. Tener un(a) menor ajedrecista en casa, que compita con regularidad, eleva la autoestima de las familias, en virtud de que las habilidades de esta actividad radican en la capacidad cognitiva, la concentración y la estrategia, elementos esencialmente intelectuales y que prestigian.
2. Incentiva los lazos comunitarios. También es recurrente observar que durante los campeonatos, los familiares de menores ajedrecistas acojan en sus hogares a otros competidores, generando relaciones de compañerismo, colaboración y cooperación. Esto les permite a las pequeñas y pequeños hacer comunidad, aumentar el sentido de confianza; así como, desarrollar identidad y pertenencia.
3. Promueve la interacción generacional. El ajedrez no se rige por la edad, el género o la vocación de vida. Disfruto mucho ver jugar a los abuelos con las nietas o nietos de 10 años, o a estudiantes con profesores o profesionales: éste es el sello personal del ajedrez, eso que lo hace distintivo de otras actividades lúdicas o deportivas.
4. Contribuye a la excelencia educativa y a la formación de liderazgos. Además de ser un instrumento pedagógico, los estudios muestran una compatibilidad o relación directa entre ajedrecista y buenas calificaciones. El ajedrez es un gran motivador de buenas notas, que alienta la superación, ayuda a pensar estratégicamente y a formar para ganar o recuperarse.
5. Fomenta la salud emocional. En el ajedrez no existe contacto físico de ningún tipo, lo que, aunado a la paciencia, y a la meditación de cada jugada, permite ejercitar tolerancia, contribuir al manejo de emociones y a digerir que una partida en la que no se ha sido exitoso, ofrece los fundamentos para corregir y triunfar.
En virtud de ello, Movimiento Territorial del PRI del Estado de México, que privilegia su actuar en zonas urbanas de nuestra entidad, ha tomado la iniciativa de emprender un programa, único en su tipo a nivel nacional, denominado "Jaque mate a la violencia", celebrando partidas de ajedrez con tableros gigantes y piezas de un metro de altura, con una amplia convocatoria y participación en universidades, institutos y centros educativos. Lo hacemos porque estamos convencidos de que el ajedrez puede considerarse un componente eficaz para construir y reconstituir el tejido social, fungir como mecanismo de prevención, responsabilizar a las personas de sus decisiones, privilegiar la mente sobre las emociones y mejorar la convivencia donde se practica de forma generalizada.
@carlosiriarte_