Cultura

NY5

Sigo respirando aires neoyorquinos, fríos, húmedos y deliciosos. Decidí venir a comerme esta ciudad. Además, claro, de subirme a sus miradores, llegarle a la onda museística y darle al shopping como loco. Por eso quise conocer los imperdibles de acá. Esos obligados que los locales aman comer.

La ruta crítica me ha llevado a zamparme una sobredosis de comida rápida, que aquí es más veloz que en otros sitios por el ritmo de vida, pero que cuenta con el celebérrimo estigma de ser de este sitio y con ello como que toma un matiz distinto.

Desde semana atrás traía en la cabeza el deseo de una señora hamburguesa. Y tenía entendido que Five guys era una buena opción, así que caí con mis huesos en uno de sus locales y vaya pasada que me di. Las papilas gustativas lo celebran y la panza lo agradece. Aunque es de cadena el bocadillo vale la pena.

Pero si hay unas burgers que se llevan las palmas son las de Shake Shack, con un delicioso, consistente y untuoso entrepan que rematé con papas fritas y una malteada espesa y achocolatada. Nacido en Nueva York, el concepto sabe bien de lo que habla.

En cuanto a hot dogs había que probar los de Gray’s Papaya. Sin ser los mejores cumplen con una salchicha especiada y los complementos respectivos. Pero lo que hace el momento es el agua papayosa que uno se bebe para bajarse el bocado. Vaya cosa.

El pecaminoso asunto dio paso a antojos de la talla del budín de plátano de Magnolia Bakery, a la galletaza pachona, tibia y llena de sabor de Levain Bakery y al clásico de Eileen’s Special Cheesecake, el postre insignia de la Gran Manzana.

De ahí en más llegaron las pizzas estilo NY de Bleecker Street, enormes, hipercalóricas y confortables; el pollo frito de Charlie´s pan fried chicken, con su guarnición de macarrones y una porción abundante de panqué de elote para morirse de gusto.

Y hubo dos momentos más en la travesía culinaria, el dedicado a visitar Katz´s delicatessen en pos del sándwich de pastrami, visita que vale la pena por la experiencia y solo eso, pues, considero sobrevalorado el concepto, además de una buena razón para volver a la isla e ir a Sarge´s por algo más rico.

Y, finalmente, conocer el delicado sabor que hay en Russ & Daughters con un bagel de salmón ahumado, con queso crema y cebollín, alcaparras y una rebanada de jitomate. El paraíso en la tierra que supo mejor cuando apareció en mi camino tres días seguidos el expreso triple en un deli con café Illy.

A grandes rasgos así transcurrió la estancia, cumpliendo la promesa de zamparme la urbe y no dejar las ganas en ninguna de sus calles. Mientras eso pasaba, la banda sonora seguía haciendo lo suyo y era el natural de Queens, Billy Joel, quien se encargaba del asunto sosteniendo: “I'm in a New York state of mind”.


Google news logo
Síguenos en
Carlos Gutiérrez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.