Mentiría si lloro por los más de 91 mil muertos por covid en México. Mis disculpas pero no creo en ese tipo de diplomacia. Es fácil decir cosas sin sentirlas, de pronunciarse por simple hipocresía social. Prefiero decirles que la partida que más me ha dolido es la del cantante y compositor Óscar Chávez, de los primeros artistas caídos un 30 de abril en este año de pandemia que muestra la fragilidad humana y nos recuerda a la Edad Media —donde los virus asolaban al mundo. Hoy nos defendemos con ciencia y tecnología, pero ni así. No aceptamos que somos poco ante la naturaleza.
¿Por qué Óscar Chávez? Porque con él aprendí canciones de protesta, el canto a la Paloma/Julissa en Los caifanes, el encuentro con la trova latinoamericana como “La niña de Guatemala” y el amor absoluto en “Por ti”. Un grande del folclore. Tuve la torpeza periodística de nunca haber escrito de su obra y legado. Culpa profesional. (Si se asoman a la revista cultural Praxis de Tuxpan allí le escribí post mortem, si interesa).
Tampoco creo en los ex secretarios de Salud que recomiendan a autoridades cómo salvarnos del covid (¡ajá!). No les creo porque, si en ninguna parte tienen resuelto el confinamiento, el rebrote, el número de muertos, ellos, menos. Hay excepciones, sí, pero en ciertos países isla. Han fallecido más de un millón de personas. Cuando criticamos a México por sus políticas de salud no observamos ese número letal, en el orbe. Es fácil hacer crítica, oposición, pero no honestidad basada en la información que tenemos. La nación es parte de todo.
La tierra es un altar de duelos por covid. Un virus, bichito imperceptible a simple vista, nos tiene asustados, acobardados, impotentes. Llegamos al Día de Muertos como no hubiéramos querido, sin posibilidad de visitar cementerios. Donde aún hay gente que, sin educación, civismo o ética descuida la sana distancia y el respeto por el otro. Son esos a los que la sociedad debería llamar a una corresponsabilidad (sin toque de queda). La Organización Mundial de la Salud —las naciones—, no pueden avanzar con personas así.
Vaya mi altar por los que se fueron y mi protesta contra la oposición ciega, y esa gente incivilizada.
Y una ofrenda para Óscar Chávez.