Desde que los talibanes recuperaron el control y poder, 15 de agosto de 2021, se han venido violando los derechos humanos de las mujeres en Afganistán. Un decreto del ministro de Educación, publicada este martes 20 de diciembre, obliga a las universidades públicas y privadas a impedir el acceso de las estudiantes con efecto inmediato.
Durante los últimos 12 meses las violaciones a los derechos humanos de mujeres y niñas han empeorado. A pesar de las promesas iniciales a las mujeres de ejercer sus derechos, incluido el derecho a trabajar y estudiar, los talibanes las fueron excluyeron sistemáticamente de la vida pública.
Según expertos, se ha venido imponiendo la línea dura fundamentalista. Ha sido pisoteado el derecho de las niñas mayores de 12 años a ir a la escuela. Peritos analizan que, por primera vez desde la vuelta al poder de los talibanes, este cambio de actitud revela desacuerdos dentro del movimiento talibán. Hay que recordar que justo hace un año, ese gobierno impuso que a las mujeres afganas que buscan viajar largas distancias por carretera se les debe ofrecer transporte solo si están acompañadas por un varón.
Se han presentado diversas reacciones internacionales ante brutal medida, como la de la ONU, quien declaró: “Naciones Unidas sigue decidida a contribuir a un arreglo pacífico, promover los derechos humanos de todos los afganos, en particular de las mujeres y las niñas, y brindar asistencia humanitaria vital y apoyo crítico a los civiles que lo necesitan” La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) ha condenado que estas nuevas restricciones son un paso hacia la reclusión de las mujeres en este país.
El Islam es seguido por más de 1600 millones de creyentes en todo el mundo. Las mujeres afganas corren graves riegos bajo éste régimen teocrático. Las mujeres ven mutiladas sus libertades y cercenadas sus legítimas aspiraciones. Especialistas en religión afirman que las medidas radicales talibanas son contrarias a lo que indica la tradición islámica. No existe ningún asidero ni en el Corán, libro sagrado del Islam, ni en la tradición profética, es decir, lo que dijo e hizo el profeta Muhammad (Mahoma); las dos fuentes primordiales del Islam.
A pesar de que el Corán reconoce la igualdad entre el hombre y la mujer, ha predominado una lectura patriarcal. La comunidad internacional debe reaccionar con firmeza e impedir la sistemática violación de derechos a mujeres bajo una visión patriarcal torcida.
Bernardo Barranco
Especialista en asuntos religiosos y electorales