Ante el aplastante triunfo de Claudia Sheinbaum, los líderes perdedores, legisladores y comentócratas aún no asimilan la dimensión de su derrota. No quieren entender el mandato de las urnas ni los retos que tiene el gobierno de la continuidad. La oposición está en un proceso de postración, confusa y moralmente derrotada. Se asoman divisiones internas. Intención de culpar a AMLO de “elección de Estado”; la oposición derrotada no tiene ideas claras y sobre todo ninguna clase de esperanza. La oposición más bien cierra la defensa contra la mayoría relativa en el Senado y a la espera de un batacazo que haga que la desgracia culmine en tragedia.
Más allá de la euforia, la 4T tampoco ha digerido el enorme arco de expectativas ha creado entre la población. El voto de la ciudadanía ha otorgado un periodo de gracia para la concesión de grandes cambios de nuestro país.
Según el diccionario de la lengua, “expectativa” es la esperanza de realizar o conseguir algo. Es expectación, ilusión y confianza de alcanzar un deseo social altamente esperado. ¿Podrá la presidencia de Claudia Sheinbaum cumplir el mandato que 36 millones de ciudadanos votantes le otorgaron? ¿Estamos en realidad ante un cambio de régimen o un régimen de cambios?
El gobierno de Vicente Fox levantó, en el año 2000, enormes expectativas con su triunfo decisivo. ¡Era el presidente de la alternancia! Prometió abatir la cultura corrupta priista que gobernó más de 70 años y no cumplió. Fox enarboló el cambio como promesa, sin embargo, constituyó la continuidad como realización; lamentablemente, introdujo en su gabinete a una generación de funcionarios provenientes del Yunque y de la ultraderecha católica del país.
Para la mayoría de los mexicanos, la principal preocupación sigue siendo la inseguridad, la violencia y el asecho del crimen organizado. Los mexicanos esperamos estabilidad y mejoría en los grandes temas del país, como salud, educación, crecimiento económico, combate a la corrupción y disminución de la pobreza.
Muchos pensamos que debe existir una política efectiva contra la inseguridad, de lo contrario se van a inhibir el consumo de bienes y servicios, así como las inversiones y el turismo podrían verse impactadas en algunas zonas del país.
El triunfo es de Sheinbaum representa un reto inmenso para cumplir el encargo inspirador de los votantes. Hay que trabajar duro. No hay providencialismo, pensamiento mágico ni mesías que nos saque adelante. Los que tenemos responsabilidades debemos estar a la altura de las expectativas.